Rocío Carrasco, una semana más, ha narrado sus vivencias en el décimo episodio de su docuserie, 'Rocío. Contar la verdad para seguir viva'. En esa ocasión, ha contado cómo fue su boda con Fidel Albiac, el distanciamiento con su hijo y lo que supuso para ella su trabajo en 'Hable con ellas', donde hacía las labores de presentadora junto a otras cuatro compañeras y posteriormente amigas como Alba Carrillo o Yolanda Ramos.

La primera parte ha empezado con el cambio de su hijo David "desde que Rocío no está en casa". Asegura que le "hubiera gustado darle cierta independencia", pero que no lo hizo por miedo a lo que pudiera pasarle si, por ejemplo, le enviaba solo a comprar el pan. Además, añade que su hijo le "da pena porque ha sido utilizado por esta persona (Antonio David) para hacerle más daño y lucrarse". Ha narrado cómo su hijo empezó a meterse en algunas peleas en el colegio o a decir alguna barbaridad.

También afirma que la situación en casa era cada vez más complicada: "Cuando tenía examen, él se negaba a estudiar porque su padre le había prometido que iba a ser cantante y que para eso no hacía falta estudiar". Rocío ha hecho hincapié en que su hijo trataba de desahogarse con ella de la otra familia: "Un día su padre le dijo que tenía que irse con ellos porque su hermana le echaba de menos". También añade, que una ocasión Rocío Flores le dijo a su hermano: "Dile a mamá que va a llorar lágrimas de sangre y que la voy a meter en la cárcel". Estos nefastos comportamientos fueron a más, hasta tal punto que la llamaron del colegio porque David decía que "era mala madre y que no le quería".

Sin embargo, no todo ha sido negativo. Rocío guarda muy buen recuerdo de su paso por 'Hable con ellas': "Me dio mucha vida. A veces me costaba salir por la medicación, pero lo disfruté muchísimo". También ha comentado con alegría su boda: "Decidimos casarnos para cumplir lo que siembre habíamos querido". Aunque esta alegría ha durado poco cuando ha expuesto un escalofriante episodio que vivió su hijo: "Su padre le dijo que si volvía a defenderme se bajaba del coche y se volvía andando".

"Olga Moreno ha sido cómplice"

Ya en la segunda parte, hemos podido vivir la separación definitiva de madre e hijo. En un principio, David iba a pasar el verano con su padre para poder volver en septiembre con su madre, a tiempo para la boda. "Me pongo en contacto con su abogado y me dice que no sabe nada de la boda, que hablara directamente con él" ha confesado Carrasco. Justo después se ha referido a Olga Moreno como "otra sinvergüenza" que "ha sido cómplice y en algunas ocasiones imprescindible para que se me hiciera el daño que se me ha hecho".

Después de explicar algunas sonadas ausencias de su boda, como la de Rosa Benito, ha cargado contra Antonio David por la portada que este protagonizó junto a sus hijos el mismo día que ella se casaba: "No tuvo escrúpulos y puso a su hijo en una portada para dejarme a mi de mala madre. Su caso sería 'Vive de tu mujer hasta que puedes vivir de tus hijos'". Al ver que que no le devolvía al niño, decide imponer una reclamación judicial que gana pero que nunca llega a hacerse efectiva. Confiesa que no baja a por su hijo ella misma "por miedo a que me rechace y porque no se lo que me puede preparar si sabe que bajo a por él".

"Queríais llenar las arcas a costa de un escándalo mío"

Toda esta situación desencadenó un juicio en el que ella trata en todo momento de ver a Antonio David. Cuando sale de la sala, ve a su hijo de frente, acompañado de Olga: "Me ve salir de la sala, me mira, le coge la cara al niño y empieza a darle besos y le gira la cara para que no me vea. Yo, esta que está aquí, iba a por ella. Mi abogado me cogió de la manga y me dijo que no me metiera en problemas".

Tras esta vivencia, Rocío ha cargado duramente y de forma contundente contra Olga: "No es verdad que ella se levante y me diga '¿Enserio no vas a saludar a tu hijo?', como ha contado en un 'Deluxe'". También se ha referido al matrimonio de forma negativa: "Tú (Antonio David) eres un sinvergüenza y tu mujer una provocadora. Queríais llenar las arcas a costa de un escándalo mío. Lo que yo viví ese día, cualquier madre hubiera reaccionado de la misma forma en la que yo iba a reaccionar, y me frenaron". El episodio ha terminado con Rocío dándose cuenta de que su hijo llevaba meses empadronado en Málaga: "Ahí me doy cuenta de que he parido dos veces pero que ya no tengo a ninguno de los dos".