Rocío: contar la verdad para seguir viva se despidió tras doce capítulos en los que Rocío Carrasco ha contado el infierno por el que ha pasado durante los últimos 20 años; una historia que ha conmocionado a gran parte del país por los presuntos malos tratos psicológicos a los que ha estado sometida. Ahora bien, antes de dar el último adiós (que será el próximo miércoles en plató), esta madre coraje quiso lanzar un último mensaje a su hija, la mediática Rocío Flores.

En Supervivientes, la joven quiso que su progenitora la llamase para felicitarle su cumpleaños, a lo que esta dice: "no es verdad, lo diga quien lo diga. Mi hija no me ha felicitado el cumpleaños nunca, jamás, a partir de que se fue de mi casa. Sí lo hizo por la tele. Tuvo que irse a un reality a miles de kilómetros. Tenía que ganarse el favor de la gente". Y es que aunque parece que el acercamiento entre David Flores y Rocío Carrasco es posible, entre esta y Rocío Flores parece cada vez más lejano.

La protagonista también se pronuncia sobre el presunto parecido que guarda su hija con Rocío Jurado: "no, ojalá se parecieran. Desgraciadamente no es así. Si se hubiesen parecido, la historia que estoy contando sería diferente o no la estaría contando". Y sobre el color de los ojos de su padre y de Rocío Flores asegura que "esos ojos veía cuando era peque. Yo dejé de reconocerla el 27 de julio de 2012".

Antes de terminar el capítulo, los responsables de la docuserie quisieron saber por qué intentó que no saliera a la luz la noticia sobre la paliza que recibió de su pequeña, a lo que ella responde de forma tajante: "es mi obligación defenderla, yo soy su madre, por mucho que diga que su madre es Olga. Yo pese lo que le pese a ella, la que la ha echado por aquí soy yo. Y me llamo Rocío Carrasco Mohedano y era mi obligación".