Sálvame está inmerso, en las últimas semanas, en todo un tsunami de emociones.

La última revolución la ha provocado uno de sus colaboradores más polémicos y controvertidos.

Kiko Matamoros ha vuelto al plató del programa vespertino de Telecinco con las armas en alto y, pese a que se estaba reincorporando a su puesto de trabajo después de unas idílicas vacaciones en Ibiza con su pareja, el colaborador ha regresado muy enfadado y muy molesto con algunos de sus compañeros, con el despido de Antonio Canales y con la dirección del programa.

El despido del bailaor sevillano ha sido el detonante de una tensa situación en plató de la que ha sido protagonista Matamoros mientras Kiko Hernández le hacía una entrevista al recién llegado compañero.

Para Matamoros, el trato que recibió Canales fue "la forma más fea de humillar a un profesional" y no dudó en apoyar la versión del sevillano que hace referencia a las malas audiencias cosechadas por el programa de La Fábrica de la Tele, señalando que quizás el fiel público del programa podría haberse cansado del tiempo desmedido que se le ha dedicado al tema de Rocío Carrasco. “El problema es cómo se ha tratado en este plató. Creo que nos hemos equivocado mucho todos, unos por acción y otros por omisión”, apuntaba el colaborador ante la atenta mirada de sus compañeros.

Sin embargo, la bomba llegaba cuando Kiko Hernández le preguntaba a su compañero si todo lo que ha ocurrido desde hace unos meses hasta el día de hoy le habían hecho replantearse su permanencia en el histórico programa de Mediaset España.

La respuesta de Matamoros no se hizo esperar y, con la franqueza que caracteriza al colaborador, respondió sin pelos en la lengua.

"Si tengo que irme, me ire"

Las vacaciones le han servido al ex marido de Makoke para reflexionar sobre su participación en Sálvame.

El colaborador ya había advertido a sus compañeros y jefes que estaba viviendo muchas actitudes y situaciones en el programa con las que no s estaba sintiendo cómodo.

Tras una larga conversación con Kiko Hernández, Matamoros despejó todas las dudas que existen en torno a un posible nuevo abandono del programa por parte del que fuera uno de los mejores amigos de Carmina Ordóñez.

"A mí me gusta Sálvame, yo quiero a Sálvame, pero no me gustan cosas que han pasado en los últimos meses, como la forma en la que se ha tratado el tema de Rocío Carrasco en este plató o el despido de Antonio Canales del otro día. A mí gusta mi trabajo pero, si un día tengo que irme, me iré”, confesaba el colaborador.

Habrá que esperar para comprobar si este pensamiento que mantiene el colaborador se hace, finalmente, realidad o no.