Rocío Flores se ha sentado este jueves en el mismo sofá que ocupó ayer Rocío Carrasco. La colaboradora de 'El programa de Ana Rosa' ha reaccionado a las declaraciones que concedió su madre ante Joaquín Prat, una entrevista en la que pidió que se dejara "a un lado" a su hija: "Lo que he contado sobre mi hija ha sido lo imprescindible para que la historia que yo estaba viviendo se entendiera". 

Apenas 24 horas después de que Rocío manifestara este deseo, su hija ha acudido a su puesto en el magacín matinal de Telecinco para afirmar que esa intervención "no cambia nada". "Me hubiese gustado que me hubiese dejado a un lado desde el minuto en que se planteó hacer su documental. Lo hecho, hecho está", ha añadido. 

Rocío ha asegurado que, por su parte, la puerta a la reconciliación con su madre continúa "cerrada". Una conclusión a la que llegó "hace muchos años", postura que contrasta con el "mamá llámanos" que pronunció hace solo unos meses en ese mismo plató. 

"Si realmente se logra, por parte de ella y del resto de personas, que yo pueda respirar... Pues ya está, es la parte positiva", ha continuado diciendo al borde de las lágrimas. "Estoy cansada de llorar ya. Me sometida a una presión que ya he tocado fondo", ha reconocido.

"Respeto lo que cada persona haga, me gustaría que se me respetase a mí (...) necesito mi tiempo, recomponerme y pensar en mí y en mi salud", ha admitido antes de concluir: "Principalmente sufro por mí, pero también tengo dos hermanos y me duelen"