El personaje de 'First Dates' que simula ser una princesa militar y sorprende a Sobera con su actitud: "Siento que podríamos llevarnos muy bien"

Cada vez son más los solteros que se animan a dar una oportunidad al formato para buscar a su media naranja

Esta concursante de First Dates frena las intenciones de su cita: "Hay cosas que no"

Irene y Jake han tenido una cita muy especial

Irene y Jake han tenido una cita muy especial / Cuatro

'First Dates' es uno de los programas más originales de la televisión debido a la variedad de personas que acuden a él a buscar el amor. Lo cierto es que, desde su estreno en 2016, se ha convertido en un imprescindible en los hogares españoles. Cada vez son más los solteros que se animan a dar una oportunidad al formato para buscar a su media naranja.

En uno de sus últimos programas, 'First Dates' abrió las puertas a Jake, un joven de 18 años que apareció ante Carlos Sobera vestido de la princesa Rapunzel. Ante el asombro de los camareros y el propio presentador, el participante explicó que para él el cosplay es una forma de expresarse y que, gracias a ello, tiene la oportunidad de conocer mejor su personalidad.

Una cita especial

La cita de Jake fue Irene, una joven de 23 años de Valladolid que, además, entró acompañada junto a dos amigas, que opinaron que Jake era "muy chiquitín" para ella. No obstante, las primeras sensaciones entre ambos fueron buenas, aunque Irene en privado confesó en varias ocasiones que la diferencia de edad entre ambos podía llegar a ser un obstáculo.

Por su parte, Jake aprovechó para comentar su pasión sobre el baile: "Yo voy de fiesta y voy a disfrutar, porque soy bailarín y me encanta bailar". Durante la conversación, los concursantes hablaron sobre temas en común que le gustaban, como la lectura, el cine de terror y los animales. Irene confesaba que poseía un pastor alemán, aunque lo definió como "un poco especial" porque "no se lleva bien con nadie".

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Una sorprendente decisión final

Conforme avanzaba la cita, ambos fueron cogiendo confianza y empezaron a revelar más partes de sus personalidades. Por ello, Jake declaró ser bisexual, mientras que Irene dijo identificarse como no binaria y bisexual, al mismo tiempo que confesaba que nunca había tenido pareja y que había sentido pánico cuando alguien le había mostrado su interés.

Antes de la decisión final, los solteros fueron llevados a una sala privada junto a las amigas de Irene. Allí, tras empezar a sonar reggaetón, Jake empezó a bailar twerking.

En el momento del veredicto, Jake expresó su deseo de tener una segunda cita con Irene: "Me gustaría que nos viéramos de nuevo. Siento que podríamos llevarnos muy bien", comentó. No obstante, Irene decidió que no veía una posible relación romántica entre ambos: "Como pareja, no lo veo. Pero estoy segura de que como amigos nos llevaríamos muy bien", concluyó, dejando abierta la posibilidad de una amistad.

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