Kiko Hernández es la medida de todas las cosas. De las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son.Y no es porque Kiko Hernández sea un personaje particularmente destacado o interesante de modo notable. Es justamente por todo lo contrario. Kiko Hernández ha creado una figura televisiva tan inconmensurablemente trivial que una figura televisiva más inconmensurablemente trivial no puede ser pensada. Los físicos construyen aceleradores de partículas, diseñan microscopios atómicos, crean modelos teóricos que fuerzan hasta el límite la inteligencia humana para poder atrapar las partículas últimas que componen la materia. En televisión no nos hace falta nada de eso. Para atrapar las partículas mínimas que componen el interés televisivo bastó estar estos días atentos a la marcha de Kiko Hernández de "Sálvame" y la onda expansiva de reacciones que causó entre los colaboradores habituales. ¿Pienso, luego Kiko Hernández existe? No, mejor sólo sé que Kiko Hernández no me importa nada. Durante estos últimos años ha habido varios intentos de homologar una medida del interés televisivo buscando una magnitud mínima que pudiera servir de unidad. Se ha propuesto el "grandebatoncio", el "telecinquio", el "anarosaquintanal".

Desde esta humilde columna añado una nueva sugerencia: el "kikohernandoncio", abreviado como 'kh', como medida de todas las cosas o, al menos, de todas las cosas televisivas. "Espejo público", 500 khs. "Hombres y mujeres y viceversa", 4 khs. "Homeland", 250.000 millones de khs. En el Museo de Pesas y Medidas de París se guardará esta última entrega de "Sálvame" al lado del metro, del litro y del kilo, y los estudiantes de los institutos acudirán a la sala donde se exhiba como parte de sus trabajos sobre la medición científica del interés televisivo para la asignatura de Ciencias Sociales. La marcha de Kiko Hernández de "Sálvame" es la unidad de interés televisivo más pequeña jamas emitida. Aunque nos tememos que su futuro regreso a la basura