Las ves y dan miedo, o una risa mala, pero mala de enfermedad, y al mismo tiempo, como cuando traspasas los límites a conciencia, no puedes dejar de mirarlas. Hablo de Flos Mariae, un puñado de hermanas que cantan a Dios como pueden. Literal. Son patéticas.

Sus actuaciones queman las redes. Se han hecho un hueco en el programa de Andréu Buenafuente, que ha visto en las señoritas un filón más divertido que el del caradura Sandro Rey. La otra noche, en una de esas cumbres de humor televisivo, parte de los colaboradores de 'En el aire' imitaron el video de Flos Mariae. Me retorcía.

Si las originales te provocan estupor porque no sabes de donde cono ha salido esta banda, vestida de mercadillo para acudir a una boda cutre, que canta a dios y a la virgen para propagar la fe católica, los de Buenafuente y su tropa alcanzaron la gloria. Como una loncha de queso en un sándwich preso es uno de los sentidos versos de lo que ya es un fenómeno social. En los créditos de tamaña obra rezan -aquí el termino es más que apropiado-Monserrat Bellido como compositora y letrista, y Flor Bellido como la autora de la ¿melodía?

Los de Zapeando, el programa vespertino de La Sexta, cada día están más locos, más divertidos, y recogieron el momento de En el aire en que Jorge Ponce analiza el video de las hermanas, cuyas coreografías, dice, son obra de Stephen Hawking haciendo que se muevan lo justito para demostrar que no están muertas.

Si el objetivo es que creamos en Dios, decía Sara Escudero, conseguido, porque llega un momento en que dan ganas de morirse para reunirse con él. Verdad o mentira, artimaña o no para vender otra cosa, Flos Mariae son adictivas. No las busque. Pecara.