Información contrastada, sensibilidad, respeto, código deontológico€ La verdad es que todo esto me suena a música celestial, a palabras huecas cuando me he decidido a chequear los informativos de Telecinco, de frente y sin anestesia, con el ánimo de analizar qué encuentran los espectadores en ellos para hacerlos líderes. Algo tiene el agua cuando la bendicen, dice el refranero popular. Y en este caso, lo que bendicen es la desmesura total: un informativo convertido en crónica de sucesos, donde asuntos relacionados con la violencia de toda índole, el acoso, la droga, la prostitución y los accidentes se aprietan para caber cuantos más mejor, pasando de puntillas por la política y la página internacional.

A la manera en que esta cadena pasa de emitir publicidad, su razón de existir, a ofrecer cachitos de su endogámica programación.

Para realizar este ejercicio con la mayor eficacia me mantuve al margen de Telecinco durante el par de meses precedentes. Creo que la última vez que los sintonicé hablaban del mal tiempo que haría en Semana Santa. Durante estas cinco o seis semanas he transitado por los de La 1, Antena 3, Cuatro y La Sexta, sin abandonar la sana costumbre de ver las cuatro entregas semanales de La 2 Noticias. De verdad que mis conclusiones no pueden ser más claras. ¿Y si nos olvidamos por un tiempo de las controvertidas audiencias? Lo más visto, en definitiva, siempre es sospechoso. Cuando el listón ha descendido tanto, y las emisiones más seguidas del mes pasado corresponden a Supervivientes, a lo mejor resulta que no hay que hacer tanto caso a los audímetros. Y, tal y como practican #0 (en la privada) y La 2 (en la pública), producir buena televisión, liberados del corsé de las cuotas de pantalla.