El megaevento cinematográfico de este fin de semana ha irrumpido a bombo y platillo en las plataformas digitales, en lugar de en la gran pantalla. HBO nos trae las cuatro horas de duración de la versión hiperextendida de La Liga de la Justicia de Zack Snyder. Se trata de la visión de la película del director tal y como la quiso estrenar hace ya cuatro años y que, tras los cambios que hizo el estudio en su día, se convirtiera en uno de los fracasos más estrepitosos que haya podido tener una película de superhéroes. Eran unos tiempos (y lo siguen siendo) en que el género había demostrado ser más que una moda y llegaba para quedarse. La pregunta es inevitable, ¿eran necesarias las cuatro horas de duración? En esa plataforma están disponibles las dos versiones, para quien quiera compararlas. Mientras tanto, en la competencia, Disney ha estrenado El halcón y el soldado de invierno, a la espera de cosechar el mismo éxito o más que Wandavision. El género parece estar viviendo una edad de oro televisiva, por mucho que su espectacularidad le permite ser uno de los que más se disfrutan en la gran pantalla. Plataformas online contra salas cinematográficas, en una guerra en la que las segundas a cada semana que pasa con la pandemia y las restricciones de eventos masivos van perdiendo terreno. Este megaevento podría haber sido digno de estrenarse en la gran pantalla, pero en los tiempos actuales Warner ya no parecer estar muy por la labor y se centra más en las nuevas plataformas. Ya lo ha hecho recientemente al simultanear el estreno de la segunda entrega de Wonder Woman de Patty Jenkins en cines con HBO Max en Estados Unidos.

Ya estábamos acostumbrados a que, con posterioridad al estreno de una película, en el mercado doméstico salieran las versiones extendidas con material añadido, pero nunca tanta cantidad. Es el doble de metraje de una versión frente a la otra. Para un título con una duración como ésta, en la plataforma on line, tenemos la ventaja de que nos podemos repartir el tiempo y hasta verla a trozos. Pero por favor, no la veáis en el móvil. La película está contada a modo episódico, con seis capítulos y un epílogo. ¿Una nota de autor o una concesión al espectador seriéfilo? Naturalmente que con todos estos añadidos la película es bastante mejor que su predecesora, pero lo que cuenta es lo mismo y los lastres argumentales que tiene, también lo son. No es habitual ver filmes de cuatro horas, aunque desde que llegaron las series nos hemos acostumbrado a estas duraciones. Al fin y al cabo, una temporada puede devorarse en doce. Sería mejor disfrutar de las cuatro horas de La Liga de la Justicia en una gran pantalla con un gran combo de palomitas y un vaso refresco gigante, pero los tiempos que nos han tocado son los que son. Las tres primeras horas las llevé a bien, pero la fatiga empezó a apoderarse de mi en la cuarta.

A los seguidores de DC y del trabajo del realizador, seguramente les apasionará el resultado. Al resto, dependerá de los paladares y exigencias que tenga cada uno. La película de La Liga de la Justicia forma parte de una saga que inició Zack Snyder con su visión de la figura de Superman. En su currículum, el cineasta contaba con la revisión que hizo del género zombi en El Amanecer de los muertos y otras adaptaciones comiqueras como 300 y Watchmen (a ver si HBO se decide a recuperarla también para hacer las comparaciones con la versión que hizo Damon Lindelof). El director quería hacer con el superhéroe lo mismo que ya había hecho Christopher Nolan con Batman. DC con estas películas se inclinaba hacia un cine de superhéroes con sello de autor y para un público adulto, frente a las adaptaciones de Marvel de la Disney, pensadas para un público más familiar.

El hombre de acero en 2013, le siguió Batman vs Superman tres años más tarde y fue allí donde empezamos a atisbar que con estas películas se estaba preparando el desembarco a gran escala de todos los personajes de DC para la gran pantalla. La saga debía haberse cerrado con dos entregas de La Liga de la Justicia, el grupo que aglutina a todos los pesados de la editorial, Batman, Superman, Wonder Woman, The FlashAquaman... personajes con una larga trayectoria editorial, iconos en el mundo del cómic y que empezaron a publicarse cuando Marvel ni siquiera existía. La Liga de la Justicia debía haber sido el gran homenaje cinematográfico a este grupo de superhéroes. Pero no lo fue.

Los desastres empezaron a cebarse contra esta gran producción. Los jerifaltes de la Warner empezaban a presionar a Zack Snyder porque sus películas eran demasiado serias. Querían introducir más notas de humor y que se parecieran más a lo que hacía Marvel, forzando cambios en el guión. En este contexto de luchas contra los ejecutivos del estudio, Snyder tuvo que hacer frente a una tragedia personal, el suicidio de su hija, que le obligó a dejar la película medio terminada. Fue en ese momento cuando los productores dieron su golpe de efecto anunciando el fichaje de Joss Whedon para acabarla. Whedon, que ya se había labrado una reputación entre el fandom con la serie de Buffy Cazavampiros, había sido el artífice del éxito de la primera película de Los Vengadores. Su incorporación al proyecto era todo un golpe de efecto, que podía ser similar al impacto que tuvo el hecho de que J. J. Abrams pasara de Star Trek a Star Wars,

Cuenta la leyenda que el nuevo director se plegó a las directrices del estudio, volvió a rodar algunas de las escenas e hizo su propio montaje, muy alejado del estilo de Snyder. La película se convirtió en una decepción para crítica y pública y obtuvo la peor recaudación del Universo Extendido DC. Hasta el punto que tambalearon otras futuras adaptaciones de personajes de la editorial. La anécdota que ejemplifica cómo hasta los más mínimos detalles se complicaron la puso el actor que encarna a Superman en estas películas, Henry Cavill, que en ese momento participaba también en el rodaje de una nueva entrega de Misión Imposible y cuyo personaje en la franquicia protagonizada por Tom Cruise estaba obligado por contrato a lucir un flamante mostacho y no podía afeitárselo. Muchos de sus planos en la película de La Liga de la Justicia están retocados para borrarle digitalmente ese inoportuno bigote.

Se suponía que Whedon había hecho unos mínimos retoques al trabajo de Snyder, pero al poco tiempo del batacazo empezaron a salir rumores de que existía otro montaje del director previo a su marcha y que ponía a la película a la altura de sus dos entregas anteriores. Se inició así una campaña, que ha culminado este fin de semana, para que el corte de Snyder viera la luz. La petición se había convertido en un clamor. Hasta el propio Whedon se convirtió en persona non grata cuando empezaron a salir algunos actores de la película acusándole de haber creado un clima irrespirable en el rodaje. Situación que se hizo más fea cuando parte de las estrellas de Buffy, su obra magna, salieron a la palestra también haciendo las mismas denuncias. El realizador estaba acabando para HBO su nueva serie, The nevers, cuya producción ha terminado abandonando aduciendo razones personales. El estreno está previsto para el 11 de abril, pero el nombre de Whedon se ha convertido en un veneno. La caída en desgracia del director no ha hecho más que crecer las expectativas ante el Snyder Cut. El estudio había dado al director 70 millones para poder acabar la película que él quería, rodando incluso nuevas escenas, y aquí lo tenemos.

Creo que cuatro horas son demasiadas para, al final, contarnos la misma historia que nos querían contar. La versión resumida es eso, un resumen que en la mesa de montaje nos quitó el sabor de muchas de las escenas. Esa coreografía en los momentos de acción tan propios del cine de Snyder, con momentos ralentizados, que eran imprescindibles para la atmósfera de la película. Así como también todas esas escenas para dar el contexto necesario a los secundarios. El problema tras la nueva versión de Snyder, es que el enemigo de La Liga de la Justicia sigue siendo un personaje de segunda fila y, para contarnos eso, no hacen falta cuatro horas. Nos prometen una llegada de Darkseid, el gran villano que mueve los hilos, pero no sabemos si un día llegaremos a verlo, dado que éste se ha convertido en un proyecto maldito. En la versión de Whedon, Darkseid ni siquiera aparecía

Hay muchos esbozos y teorías locas sobre por dónde irán los tiros en hipotéticas futuras entregas, pero al final el resultado es que nos hemos tragado cuatro horas de película para ver derrotar a un enemigo de segunda, por muchos retoques estéticos que se le haya hecho al personaje en el Snyder cut. Darkseid era un villano a la altura del título, capaz de codearse con el mismo Thanos de Marvel. Steppenwolf, no. Era como los esbirros que ya hacían sudar tinta a los Vengadores en La Guerra del infinito. Solo un aperitivo. Quizá el gran premio de tantas horas detrás del sillón es poder haber disfrutado de una película digna para uno de los grupos de superhéroes más icónicos de la historia. Tanto tiempo ha servido para mostrar la épica y la magia de verlos a todos juntos en la gran pantalla para salvar al mundo. Pero la trama deja grandes cliffhangers que no sabemos si podrán gozar de continuidad. Las incertidumbres que aún persisten con la pandemia y sobre si algún día podremos volver a los cines en masa no hacen más que aumentar esas incógnitas.

Por lo pronto, Snyder se va y ya no va a seguir trabajando en películas del Universo DC. Su próximo proyecto se estrena en Netflix este mismo mes de mayo. El ejército de los muertos es la segunda parte de la primera película del realizador, El Amanecer de los muertos, que a su vez era un remake del clásico film de zombies de George A. Romero. En la casa que ha dejado, hay otros proyectos en marcha para el universo DC y los últimos éxitos no han enterrado las películas del todo. Hay en cartera nuevas entregas de Wonder Woman y Aquaman, así como un reinicio de la franquicia de Batman con Robert Pattinson como hombre murciélago. Las adaptaciones de personajes de DC marchan por camino separados en el cine y en la televisión. Mientras en Marvel, películas y series forman parte de un mismo universo, en DC las tramas de ambos medios van por separado. Incluso tienen distintas versiones para cada uno, con distintos actores, como va pasar con The Flash y como ya ocurre con la nueva serie televisiva de Superman. Si hace unos años, nadie confiaba en que veríamos esa versión extendida de La Liga de la Justicia, quizá el éxito de estos nuevos proyectos podrían convertirlo en una realidad y alejar el estigma a esta superproducción de ser una película inacabada.