Parece mentira, pero este fin de semana se cumplen diez años desde la emisión del primer episodio de Juego de Tronos. Decíamos mucho eso de que llegaba el invierno, pero lo que realmente queríamos era que fuera primavera para que HBO nos obsequiara con una nueva entrega de la célebre ficción basada en los libros de George R. R. Martin. El 17 de abril de 2011 se emitía el episodio piloto y la televisión ya nunca sería la misma. Una producción en la línea de El señor de los Anillos, pero contada con dosis de realismo, mucho sexo y extremadamente violencia. Un mundo brutal que podría pasar por la Edad Media en cualquier país de Europa, en el que las guerras y el asesinato de los reyes estaban a la orden del día. (Estas similitudes con la Historia a hora de subirse al boom es algo que supo ver Vikingos por ejemplo). La aparición de dragones, muertos vivientes en tierras gélidas y extrañas sectas ocultistas nos recordaban que no estábamos ante una serie histórica. Una década después Martin todavía no ha terminado de escribir la saga literaria, pero la serie ya hacía mucho que decidió que no se iba a esperar a que lo hiciera. Ya he perdido la cuenta de los años que llevamos esperando a que aparezca el sexto tomo de Canción de Hielo y Fuego. Al principio de todo, podían dividirse los espectadores en dos tipos de personas: los que se habían leído los libros y los que no. Tras la emisión del último episodio, la división podía establecerse entre a los que les gustó el final y los que lo detestaban. Una polémica que intentó zanjar el propio Martin, al asegurar que el desenlace que él tiene previsto no es muy distinto a lo que ya habíamos visto en televisión.

HBO supo exprimir el éxito de manera en que cada uno de los diez episodios de cada temporada (las dos últimas fueron un poco más cortas) tuvieran la mayor la repercusión posible. Casi pasó a ser una tradición que en el noveno episodio ocurriera un evento importante. A cada nueva entrega, todo parecía girar entre Juego de Tronos. Y aquel que no estaba al día se exponía a que se encontrara con algún que otro spoiler en sus conversaciones cotidianas si tardaba mucho en ver el episodio de la semana. En el tramo final, llegamos a coger el hábito de madrugar para el capítulo de la semana de manera casi simultánea con los espectadores de Estados Unidos. Internet se convertía en todo un campo de minas, donde los usuarios planteaban en las redes 20.000 teorías con el giro de la semana. Algo así pasó también con Lost y su final encolerizó a muchos fans, que no habían visto venir el desenlace. Aunque no se puede decir que ese giro final de Juego de Tronos no planteara nada que ya estaba ahí latente desde el inicio de la serie. Es el momento perfecto para comprobarlo, ya que HBO está animando a sus abonados a que celebren el aniversario con buenos maratones de sus ocho temporadas.

Con Juego de Tronos aprendimos que no había que encariñarse por ningún personaje. Una lección que nos enseñó a fuego desde la primera temporada. Después de eso, llegamos a temer literalmente por las vidas de nuestros personajes favoritos. Y cuando creíamos que no se podía superar lo que nos habían hecho, llegó la Boda Roja demostrando que siempre puede haber una vuelta de tuerca aun más bestia. La guerra entre los Stark y los Lannister por el control de los Siete Reinos dio un nuevo giro cuando por fin llegaron los Targaryen con sus dragones a escena.

Parecía que los nuevos proyectos basados en el universo de Juego de Tronos iban a llegar enseguida, tras haber arrasado en audiencias con su polémico episodio final. Pero no ha sido así. La precuela que iba a protagonizar Naomi Watts fue cancelada, al no convencer a los ejecutivos de la cadena de pago el resultado de su capítulo piloto. Una decisión que no sabemos si fue precipitada porque tampoco lo hizo en su día el primer montaje del capítulo inaugural de Juego de Tronos y luego no parece que le haya ido mal. El cancelado proyecto se ha sustituido por otro titulado House of the Dragon, que estará centrado en los orígenes de la casa Targaryen, 300 años antes de Canción de Hielo y Fuego y que podría ver la luz en algún momento del próximo 2022. El inicio del rodaje estaba previsto para este mismo mes.

HBO no parece dispuesta a renunciar a una de sus gallinas de oro. Hay en marcha otras tres series más, aunque no sería descartar que alguna de ellas se cayera por el camino. El otro proyecto al que la cadena quiere dar prioridad es a la adaptación de otro de los libros de Martin ambientados en el universo de los Siete Reinos, "Los cuentos de Dunk y Egg", volumen que recopila varios relatos cortos de las aventuras de un caballero y su escudero por tierras de Poniente, unos noventa años de que la cabeza de Ned Stark acabara ensartada en una lanza. Las otras tres series son: 9 Voyages/Sea Snake, que contará las aventuras del lord comandante de la guardia real de Rhaenys Targaryen, Lord Coryls, cuyas andanzas náuticas le permitieron ser una de las personas más acaudaladas de Poniente; Flea Bottom, ambientada en los distritos más podres de Desembarco del Rey; y 10.000 Ships ambientada en el reino de Dorne y cuya protagonista será la fundadora el país, la princesa Nymeria.

Si los proyectos llegan a buen puerto, parece que tendremos Juego de Tronos para rato. Muchas series han intentado ocupar su legado en el campo de la fantasía televisiva. Desde la propia HBO que intentó reemplazar con Westworld o las adaptaciones de La materia Oscura. Pero también Netflix ha tenido su propio intento de crear una serie de fantasía medieval, con The Witcher. Puede que el resultado haya sido muy inferior al de Juego de Tronos, pero al menos ha servido para calmar el mono y en breve llegará la segunda temporada. Amazon contra viento y marea sigue con su adaptación de El señor de los anillos, que podría llegar a nuestras pantallas a final de año. Por su parte, los artífices de Juego de Tronos, David Benioff y D. B. Weiss, firmaron un contrato en exclusiva para Netflix, tan jugoso con el firmado en su día con Shonda Rimes y Ryan Murphy, unos 200 millones de dólares y tienen en cartera varios títulos. Desde la adaptación de la trilogía de novelas chinas de Liu Cixin El problema de los tres cuerpos, proyecto que no ha estado exento de polémica por las adhesiones del autor con el partido comunista chino, a The Chair una comedia protagonizada por Sandra Oh (Killing Eve, Anatomía de Grey) y otro título con Hugh Jackman de protagonista titulado The Overstay. El panorama de las plataformas digitales ha crecido mucho durante estos diez años, en los que recientemente se ha sumado otro gran competidor: Disney. El gigante mediático tiene claro que ellos no necesitan su Juego de Tronos, porque con los universos de Star Wars y Marvel tienen material suficiente para marcar distancias con la competencia.