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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Sale de prisión pero, visto lo que hay, quiere volver

La temporada número 13 de ‘La que se avecina’ es una sucesión de 'sketchs' grabados independientemente que luego se pegan uno detrás de otro

Antonio Recio (Jordi Sánchez) sale de la cárcel en 'La que se avecina'.

Arranca Tele 5 la temporada número 13 de ‘La que se avecina’. No hay novedades en los métodos de producción de esta astracanada en forma de telecomedia.

Se trata de una sucesión de ‘sketchs’, grabados independientemente, que luego se pegan uno detrás de otro. La longitud del churro va a gusto de las necesidades de la cadena. Puede durar, pongamos, desde 45 minutos hasta hora y media, o dos, según convenga.

En esta nueva temporada la novedad es que ese grupo de vecinos tan despendolados cambian de inmueble. Ahora se han ido a vivir a un edificio del centro de Madrid. Y uno de los que ha salido más perjudicado es Antonio Recio (Jordi Sánchez). Le vemos salir de la cárcel, arruinado completamente, y su esposa le informa que lo ha tenido que vender todo. Y le enseña el piso en el que ahora tendrá que vivir: un bajo obscuro, sin sol, tétrico y tenebroso. Y Antonio Recio se desespera ante aquella miseria y exclama: "Añoro la cárcel. Allí vivía mejor". ¡Ah! Este es el único punto interesante, y meditable, que he encontrado en este arranque de la teleserie.

Según cómo sea de desgraciada una vida fuera, es mejor seguir dentro del penal, con cuatro comidas al día, calefacción, cama limpia, gimnasio y a veces hasta biblioteca. Decía el propio Recio que todo este tiempo que ha estado preso pidió que le trasladasen al módulo de los VIP, allí donde van los reos importantes tipo Bárcenas, Rato o Mario Conde. Aunque no lo consiguió, la cárcel le parece mejor que vivir sin trabajo ni recursos en ese bajo obscuro en el que vive ahora.

Es un tema que invita a la meditación. En agosto de 2014 se produjo una noticia sorprendente: un nutrido grupo de presos del penal de Fontcalent rechazaron quedar en libertad. Lanzó la alarma el sindicato penitenciario Acaip: "Los presos piden a sus abogados prolongar su estancia en prisión". O sea, no querían salir por miedo a lo que pudieran encontrar fuera. Dentro estaban protegidos, dicho sea con todas las reservas, pero fuera era peor porque quedaban a la intemperie.

Eso también pasa en televisión. Hay criaturas que se arrastran dentro de la tele desde hace tanto tiempo que les abres la puerta de esa jaula y no quieren salir. Han perdido la capacidad de volar. Son pájaros sin alas que solo gatean. Desde el punto de vista ornitológico es una rareza.

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