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A la caza de Christopher Duntsch, alias ‘Dr. Death’

El proyecto no cae en la tentación de glamurizar al villano de la serie mientras descuidan el trato a las víctimas o sus familias

Joshua Jackson, en el papel del ‘Dr. Death’. | | LP/DLP

La exniña prodigio Anna Sophia Robb encarna en esta miniserie de Starzplay a la fiscal que persiguió a un verdadero cirujano sociópata. A Robb ya la hemos conocido como niña prodigio de Charlie y la Fábrica de Chocolate (versión de Tim Burton), Un puente hacia Terabithia y La montaña embrujada.

Lo investigó y explicó la periodista Laura Beil en su pódcast Dr. Death: entre 2010 y 2013 el neurocirujano tejano Christopher Duntsch se las arregló para seguir teniendo trabajo mientras dejaba a muchos pacientes gravemente lesionados o incluso muertos. La investigación de Beil ha dado pie a una miniserie de igual nombre (Starzplay, desde el domingo, día 12 de sepiembre) con reparto de primera: Joshua Jackson como el temible sociópata; Alec Baldwin y Christian Slater como, respectivamente, el Dr. Henson y el Dr. Kirby, los delatores que trataron en vano de derribarle desde el sistema médico, y AnnaSophia Robb como Michelle Shughart, la fiscal decidida a darle caza desde el sistema de justicia.

A Robb la conocimos como niña prodigio de Charlie y la Fábrica de Chocolate (versión de Tim Burton), Un puente hacia Terabithia y La montaña embrujada. Algo más crecida, fue la protagonista de Blackwood, último largo hasta la fecha de Rodrigo Cortés, o la versión joven del personaje de Reese Witherspoon en Little fires everywhere, en cuyo rodaje ya cruzó caminos con Joshua Jackson. Con Dr. Death ha tenido por fin la oportunidad de hacer un papel de mujer adulta profesional. «Ya voy por los 27 años, así que iba siendo hora», dice y sonríe. «Me gustó leer un guion en el que mi personaje tuviera un trabajo que hacer».

Un neurocirujano se las arregló para seguir en su trabajo mientras dejaba a sus pacientes lesionados o muertos

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Para documentarse, Robb tuvo la oportunidad de acudir a la fuente ideal: la propia fiscal Stughart. «Si has de interpretar a una persona real y puedes hablar con ella, el trabajo está medio hecho. Pudimos hablar por FaceTime y me dejó preguntarle muchas cosas sobre el caso, sobre ella misma, cómo creció… ¡Cosas que no suelo preguntar a nadie en una primera conversación!».

La siguiente fuente fue, claro, el propio pódcast de 2018, con el que Beil no pretendía solo hacer más amenos los trayectos diarios de casa al trabajo y viceversa: ¿se acuerdan de ellos? Aquel proyecto era cuestión de justicia. «Beil no solo pedía cuentas a un hombre, sino a todo el sistema médico», dice Robb. «Al público le interesó porque se proyectó a sí mismo en la historia. Algunos se imaginaban a sus madres sufriendo ese desastre en quirófano».

Con los proyectos basados en crímenes reales, los creadores pueden caer en la tentación de glamurizar al villano mientras descuidan el trato a las víctimas o sus familias. Según Robb, Dr. Death no incurre en ese crimen: «En la serie, al final lo más importante son las personas a las que Duntsch arruinó la vida. Hacía falta mostrar cómo era su vida antes, y cómo fue después, para que la gente entendiera la gravedad de todo lo que estamos contando».

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