Acostumbrado a hacer papeles del chico bueno y pijo en su país, Colombia, Carlos Torres (Barranquilla, 1988) irrumpía en el mercado español en la piel del malo en la exitosa serie 'La reina del flow'. Y con ello se abrió para él un mundo, el de los malvados, que le fascina. Así llegó a 'Bienvenidos a Edén', ficción de la que Netflix acaba de estrenar su segunda temporada, para dar vida a Joel, un tipo que trae las armas, la acción y “el picante” a la calmada (solo en apariencia) isla. 

¿Cómo le llegó este papel?

Estaba descansado en Miami. Me contaron un poco cómo sería, porque aún no se había estrenado la primera en Netflix, y me enganchó, porque la historia me pareció muy ambigua, diferente, rara... Y en Colombia no es común hacer este tipo de historias. Además, compartir con un elenco tan talentoso y rodar en España, una de mis metas…. Todos eso hizo que aceptáramos.

Esta es la primera serie que rueda en España.

Sí. Y me siento honrado y feliz por la oportunidad de entrar en otro país. 

¿Y privilegiado por rodar en esas localizaciones?

Sí, gracias a la serie he conocido sitios maravillosos que seguramente de vacaciones no habría visitado. Como Teruel. Y Lanzarote, que me pareció precioso. En la serie se alcanza ver esas localizaciones que parecen de otro mundo: esas montañas de colores y ese mar tan cristalino. Para mí ha sido una doble aventura. A nivel personal, por viajar desde tan lejos, estar en una producción completamente nueva, salir de mi zona de confort, trabajar con compañeros que no conocía… Y, por otro, profesional: construir un personaje nuevo, un mundo nuevo… Lo disfruté muchísimo.

La diferencia de su aventura es que no sufre tanto como los chicos. Porque la líder de la fundación, Astrid, comienza diciendo: “Se suspende el paraíso”. Se pasa de la violencia sorda a la de las armas.

A mí me encanta, porque esta segunda temporada llega ya con más acción, con más hechos. Si lo dividimos en dos equipos, el de Astrid empieza a mostrar más sus verdaderas intenciones y el de los jóvenes descubre lo que pasa en esta isla y empieza esa guerra para tratar salir de ella. Me encanta, porque es un caos, y ser parte de los malos. Mi personaje llega para ponerle acción y picante a la segunda temporada.

¿Lo de picante lo dice por las muchas escenas de sexo que protagoniza?

Sí. En esta segunda temporada el tono también está mucho más alto en las escenas íntimas. Y esto es algo que la gente espera: las relaciones entre los personajes, esas escenas íntimas, el amor y cómo se entrelazan…. Esta temporada les complacerá mucho.

Cómo les gusta hacer de malos a los actores.

A mí mucho, porque para mí no es común. Por el físico es más habitual que a uno le ofrezcan los personajes de niño bueno. En Colombia, del niño adinerado, noble…Entonces, cuando se presenta una oportunidad de estas para mí es como: saquemos el jugo y mostremos otra faceta. Me encanta cambiar físicamente, hacer el entrenamiento, ir a ensayos... Porque eso es lo que nos mueve, crear un personaje, y fue eso lo que hice con Joel. Disfruté muchísimo con el ensayo; el entrenamiento para las escenas de acción, para el manejo de armas, para estar más subido de peso... Ese proceso me fascina. Estoy muy satifecho.

¿Las escenas de acción son todas suyas?

No recuerdo haber utilizado doble. De hecho, en una me lesioné un dedo. Terminamos de rodar como a las cinco de la mañana y me tocó irme a la clínica. Nada grave. Tuve que estar tres o cuatro días con vendaje. Y era medio complejo para el rodaje: me tocaba quitármelo y volver a ponérmelo. Pero mereció la pena.

En 'La reina de flow' ya hacía de malo. 

Ese fue mi primer malo, que me abrió la puerta al mundo de los malos. Hizo cambiar la expectativa de los jefes de ‘casting’. Dijeron: “Le luce también de malo”. El de ‘La reina...' es un malo muy diferente a Joel, pero también muy divertido. Esa historia está alrededor del género urbano, es más colombiano, con un acento del paisa, de Medillín. Pero pudimos verlo en la segunda temporada reivindicarse. Para nadie es un secreto que esta serie me ha traído cosas maravillosas. De hecho, en parte estoy en ‘Bienvenidos…’ gracias a ‘La reina…’, que me dio a conocer mucho en España. Sí, es un o malo inolvidable. Ojalá Joel también lo sea.

Cómo triunfó 'La reina' en España…

Escuchamos en Colombia el éxito mundial y lo bien que acogió la gente la serie en Netflix, pero estar aquí en España y verlo en las calles, en los restaurantes… En Barcelona había gente esperándome a la salida del hotel cinco horas. Que alguien se pase tanto tiempo ahí para una simple foto, un abrazo, mostrarte su cariño… No hay palabras para agradecerlo.

La mejor cara de la fama.

Y lo agradeces el doble cuando estás fuera de tu país. Es como que pertenezco un poquito aquí. No me siento extranjero.

¿Le preocupa esa imagen de los colombianos como los malos de la película? 

No. Disfruto mucho los malos y me pongo mucho a la orden, porque me fascinan. Pero la idea es no quedarnos ahí, sobre todo en España, porque en Colombia he tenido la oportunidad de hacer muchos personajes y pocos son malos. Pero no me disgusta ni cinco ser el malo. Me encanta, de hecho.

En 'Bienvenidos..'’ hay mucha diversidad sexual. ¿Es habitual en las series colombianas?

En ‘La reina... no la hay, porque se basa en una venganza. Pero en otras producciones se trata mucho. Cada vez con menos tapujos… Obviamente, en los canales privados se cuida un poco más por los horarios de emisión. Pero en las producciones de las plataformas son mucho más abiertos. Las escenas de Netflix tienen un tono más arriba y son más arriesgadas, crudas y reales.

¿Le espera algún otro proyecto?

Tenemos varios y esperamos para tomar la mejor decisión. Quiero buscar cosas que aporten a mi carrera, personajes diferentes, o que me abran una puerta en otro país, como 'Bienvenidos...'. Quiero seguir creciendo actoralmente y a nivel internacional y hacer personajes diferentes que me exijan.