Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están en boca de todos como una de las iniciativas internacionales más transversales, y en los que muchas compañías y administraciones públicas, hacen hincapié como una temática de alto interés y prioritaria para guiar planes de ciudades, regiones, y estados, con vistas al 2030.
Uno de los conceptos que se ha reforzado bajo el ala de los ODS es el del valor compartido, una evolución del concepto de responsabilidad social corporativa. La idea de valor compartido parte del planteamiento que aquellas acciones que una empresa emprende para mejorar su impacto social y ambiental en la comunidad en la que están instalados o globalmente han de estar alineadas con su estrategia corporativa, es decir, con el objetivo de ganar competitividad.
José Juan González, CEO de Canaragua afirma que “el concepto no es nuevo para nosotros” ya que desde hace varios años “trabajamos vinculando los grandes objetivos globales con iniciativas para mejorar la competitividad. Hay pocos sectores en los cuales los objetivos de los ODS encajen tan bien para todos aquellos que trabajamos en áreas medio ambientales o relacionadas con la sostenibilidad, como es el agua en nuestro caso.”
El sector del agua prácticamente encaja con la mayoría de ODS: ODS 1 (Fin de la Pobreza), ODS 3 (Salud y Bienestar), ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), el ODS 14 (Vida submarina), y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres). En todos, el agua es un elemento fundamental ya que giran directamente en torno a ella, pero igualmente podemos hablar de otros ODS en los que el sector del agua puede aportar: en el ODS 2 (Hambre cero), el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles y el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos). Sin olvidar que el agua como actor del sector económico, puede contribuir notablemente en el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) o en el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura).
“Todas y cada una de las acciones que realizamos tienen un impacto en el medio ambiente y en el día a día de cada una de las personas a los que servimos. Por eso trabajamos para que nuestro compromiso con el Desarrollo Sostenible crezca año tras año, y nuestros servicios vayan más allá del abastecimiento de agua.” Destaca Rafael Herrera, director de sostenibilidad de Canaragua.
En este contexto, el grupo cuenta desde 2017 con un plan estratégico de desarrollo sostenible, el REwater Global Plan (2017-2021): una hoja de ruta que da respuesta a la responsabilidad ambiental, social y económica que existe como empresa.
En este plan, la gestora del agua recoge sus compromisos y acciones basados en la lucha contra el cambio climático, la preservación del agua y la biodiversidad, entre otros. Así, se destacan como proveedores responsables, defensores del derecho humano al agua y partidarios de la economía circular. La equidad, implicación social, y seguridad y salud laboral son los otros valores que señalan de manera especial.
Uno de los apartados del Rewater Global Plan recoge el compromiso de la compañía con los clientes, poniendo el foco en el acceso al agua. Entre las medidas puestas en marcha, destaca el compromiso de Canaragua con los colectivos vulnerables. Otro ha sido impulsar que las administraciones públicas contratantes implementen fondos o tarifas sociales en todos los municipios gestionados por el grupo y sus empresas participadas para dar cobertura al 100% de los clientes vulnerables. En innovación, el plan centra sus esfuerzos en orientar los proyectos al desarrollo de la economía circular. Para ello se optimizan los recursos en todas las áreas de trabajo evolucionando hacia una modalidad de empresa más rentable, eficiente y sostenible.
En este punto destacamos la puesta en marcha del Centro tecnológico Dinapsis en Canarias, con dos centros distribuidos en ambas provincias. Son los primeros centros de innovación vinculados a la gestión sostenible del agua y el territorio. Dinapsis ha sido diseñado para operar, desarrollar y mostrar las soluciones más avanzadas en esta materia.
En definitiva “si somos capaces de mejorar la competitividad de un sector económico clave, y a su vez contribuir a la consecución de los ODS, se tratará de un éxito colectivo para todos” concluye González.
