La autopista que conduce a Usain Bolt al camarín de los mitos del atletismo se ha visto reducida a una estrecha senda que el triple campeón olímpico habrá de transitar con cuidado para no tropezar en los Juegos Olímpicos de Londres con su joven compatriota Johan Blake, que llega a los Juegos con dos victorias recientes sobre el plusmarquista mundial de 100 y 200 metros.

La final masculina del hectómetro, el próximo domingo a las 21.50, promete convertirse en el punto culminante, no sólo del atletismo, rey de los deportes, cuyo programa comienza dos días antes, sino de los Juegos de Londres en su conjunto. Tal es la expectación que suscita el choque entre los grandes velocistas.

Bolt rompió en Pekín 2008 todos los esquemas del sprint al colgarse tres medallas de oro olímpicas (100, 200 y 4x100) aderezadas con otros tantos récords mundiales. Ahora quiere convertirse en una leyenda, como repite obsesivamente, revalidando sus dos títulos individuales, algo que nadie ha logrado jamás.

Bolt se propone atacarla con todas sus fuerzas, pero ha surgido un problema. En su camino se ha cruzado Blake, su compañero de entrenamientos bajo la dirección de Glenn Mills, que aprovechó su descalificación por salida falsa en los Mundiales de Daegu 2011 para heredar su título y este año le ha vencido, tanto en 100 como en 200, en las pruebas de selección olímpica jamaicanas.

Y no solo Blake. Aquejado de problemas en la espalda que ponen lastre a su estampida, Bolt se ha demostrado vulnerable los dos últimos años. Desde Pekín 2008 ha sucumbido, no solo frente a Blake, sino también contra el estadounidense Tyson Gay, que recupera la forma a marchas forzadas tras su operación de costilla.

Por el estadio de Stratford desfilarán otras figuras del atletismo, algunas tan carismáticas como la rusa Yelena Isinbáyeva, que persigue su tercer oro consecutivo en pértiga, o jóvenes talentos como el keniano David Rudisha, plusmarquista mundial de 800, que busca su primera corona de olivo.

Los aficionados británicos, privados de la lesionada Paula Radcliffe, plusmarquista mundial de maratón, depositan todas sus esperanzas en Mo Farah, el gran fondista de origen somalí que irrumpió en la escena internacional el año pasado en los Mundiales de Daegu, y en la heptatleta Jessica Ennis, que aparece en los carteles publicitarios diseminados por la ciudad.

Los Juegos de Londres amenazan con deslucir el prestigio de atletas como Kenenisa Bekele, el mejor fondista de la historia. Cuatro años después de su doblete olímpico en Pekín (5.000 y 10.000), el etíope se conforma en Londres con disputar las medallas en los 10 kilómetros y ni siquiera parte como favorito.

Jornada de este viernes

La keniana Vivian Cheruiyot, una atleta de 1,53 metros de estatura y 39 kilos de peso, y el polaco Tomasz Majewski, un coloso de 2,04 metros y 132 kilos, aspiran a colgarse hoy las primeras medallas de oro en la competición olímpica de atletismo.

Durante los próximos diez días, el estadio Olímpico de Stratford albergará la lucha por los 51 títulos en juego, que concluirá el domingo 12 de agosto, jornada de clausura de los Juegos, con el maratón masculino, en el centro de Londres.

Cheruiyot, que logró el año pasado el único doblete de los Mundiales de Daegu (5.000 y 10.000), se enfrentará en la final directa de 10.000 a la campeona olímpica, Tirunesh Dibaba. Todo un clásico enmarcado en la ancestral rivalidad entre Kenia y Etiopía por la supremacía del fondo. La final femenina de 10.000 pondrá el cierre a la primera jornada de atletismo, a partir de las 21.25 horas.

Una hora antes habrá empezado el concurso de la división pesada, el lanzamiento de peso masculino, con un teórico duelo entre el defensor del título, Majewski, y el campeón mundial, el alemán David Stork, junto a un trío estadounidense necesitado de redención después de quedar fuera del podio en los Mundiales de Daegu.

Será también un combate generacional. Majewski, de 31 años, con un registro de 21,72 este año, contra Storl, de 21, cuarto de la lista mundial con 21,88, aunque Estados Unidos aspira a recuperar su trono con Christian Cantwell, Reese Hoffa y Ryan Whiting, los únicos que han superado esta temporada los 22 metros.