Samuel Carmona va muy en serio. El de La Isleta se convierte en una apuesta muy firme de medalla. El peso mosca ligero hizo ayer uno de los mejores combates de su carrera para derrotar 2-1 al medallista olímpico irlandés Patrick Barnes, abanderado de su país en la ceremonia de inauguración, y clasificarse así a los cuartos de final del boxeo olímpico, en los que luchará ya por una medalla. El grancanario se creció, sacó ventaja en el primer asalto ante el cuarto favorito de la división y, aunque cedió un poco en el round intermedio, cerró bien en el tercero y se colocó a un paso de las medallas. Y es que en boxeo no hay pelea por el tercer puesto, por lo que alcanzar la semifinal es sinónimo asegurarse el bronce.

El pleito arrancó con intercambios en la media y la corta distancia; el canario pegó potentes golpes de derecha y, aunque mínima, sacó una diferencia a favor que le hizo mantener la seguridad.

Con el oficio que le hizo medallista en Londres, Barnes salió a recuperar lo perdido e impidió que el canario le cortara la distancia. Ganó el segundo asalto y emparejó las cartulinas. A tres minutos del final las tarjetas de los jueces estaban igualadas, los que votaron en favor de Carmona en el primer round invirtieron su criterio en el segundo y el que benefició a Barnes en la manga inicial, levantó la mano por el español en la segunda.

Carmona no sabía cómo iban las votaciones pero sí que el combate se decidiría en el tercer asalto. Y fue ahí donde mostró una madurez inusual en un púgil de tan poca experiencia y con paciencia esperó a Barnes para tocarlo con su jab de zurda con una destreza de esgrimista. El irlandés respondió, pero se encontró con un oponente veloz de piernas, que supo girar y quitarse los golpes para sacar una diferencia pequeña, la suficiente para colocarse entre los ocho mejores del peso mínimo. Mañana, a partir de las 15.15 hora canaria, en el combate número 82 del torneo olímpico, el español tendrá la pelea de su vida, contra el colombiano Yurbenjen Martínez, ganador 3-0 del filipino Rogen Landon, medallista de los pasados Campeonatos Mundiales.

El grancanario aseguró tras la victoria que todavía no ha hecho "nada importante" porque su meta "es ganar una medalla y falta una pelea para lograrla", dijo a la Agencia Efe el de La Isleta, haciendo gala de su carácter. "Al próximo me lo como también. Aquí a los Juegos Olímpicos hay que venir con mucha cara. Si no, te pisan", explicó en declaraciones a la Cadena Ser. Su descaro es compatible con una gran deportividad. Y es que nada más acabar el combate y con el resultado por definir se abrazó a su rival, al que además esperó tras el combate en zona mixta para felicitarle por su currículum y hacerse una foto con él.

"Al próximo me lo como"

"La última medalla de España la conquistó mi entrenador Rafael Lozano en Sydney 2000 (también en el peso minimosca) y de su mano quiero acabar con la sequía, pero para eso debo estar concentrado y respetar a mi contrario", añadió al referirse a su rival de mañana. El combate será de los más esperados de cuartos de final del boxeo olímpico porque pondrá frente a frente a dos peleadores sin títulos importantes, pero que han mostrado una estupenda forma. "Es un rival duro, pero yo he trabajado fuerte y saldré a darlo todo en el ring", insistió.

El boxeo le ha dado a España dos medallas de plata y dos de bronce en la historia de los Juegos, dos de Lozano, plata en el 2000 y bronce en 1996, las dos veces como mosca ligero, una de plata del pluma Faustino Reyes en 1992 y una de bronce del minimosca Enrique Rodríguez en 1972.