En el solar que hoy ocupa el edificio de las popularmente conocidas como oficinas municipales del Metropol existió, como sabemos, un hotel que respondía, precisamente, por este nombre, Hotel Metropole, y que desde su construcción a finales del siglo XIX sufrió diversas reformas hasta llegar al actual -reconstruido por el Ayuntamiento- cuya arquitectura nada tiene que ver con el estilo y los planos presentados en su origen.

¿Cuándo y quién lo construyó? En realidad los inicios de aquella primitiva construcción fue, simplemente, una casa en la carretera del Puerto según la petición de licencia en marzo de 1889 del súbdito inglés James Pinnoch presentada en el Ayuntamiento alegando que "pretendía la construcción de un chalet de recreo en la carretera del Puerto adjuntando los planos del arquitecto Laureano Arroyo", en un solar inicial de 667 metros cuadrados de los que 595 correspondían a la vivienda y el resto de 72 destinada a patio. La primigenia idea de aquel británico de construir esta casa con el tiempo decidió dedicarla a hotel habida cuenta la afluencia de compatriotas que en esa época llegaban a la isla, pues precisamente la construcción del hotel Santa Catalina se produjo un año después, en 1890.

La historia de aquella llamada "casa de recreo" convertida después en hotel, se encuadra en un corto espacio de tiempo pues si bien la solicitud primera está fechada en 1889 sucesivas peticiones de reformas y ampliaciones se producen en 1892 para levantar unas dependencias anejas en lo que ya este año era hotel; en 1893 para construir cocinas y en 1894, la compañía Elder Dempster, que debía ser su propietario, solicita permiso para ensancharlo.

Aunque los planos primeros y principales, numerosos y muy rudimentarios propios de su época, son del arquitecto Laureano Arroyo, en las sucesivas reformas se incluyen los de Fernando Navarro para un pabellón destinado a cocinas, e incluso otros de un maestro de obras llamado Joaquín Mica, y más tarde en 1925 los redactados por Eduardo Laforet. En la ampliación de 1894, en que aparece como director del establecimiento el también inglés Roberto Galriner Jackner, el apoderado de la Casa Elder alega en la petición al ayuntamiento que "no siendo capaz del hotel Metropole para albergar los numerosos viajeros que a él se dirigen se han visto en la necesidad de ensanchar el edificio por su costado Sur". Las fotos antiguas que nos han llegado de aquella época, como la que ilustra estas notas, reflejan las sucesivas reformas y ampliaciones del edificio. En 1925 aparece como propietaria del hotel la señora Amy Hemd viuda de Quiney, quien alega al Ayuntamiento la "necesidad construir unas habitaciones en el hotel conforme a los planos que adjunta", del arquitecto Eduardo Laforet, autorizando la reforma el informe favorable del arquitecto municipal Miguel Martín Fernández de la Torre.

Desde su construcción el hotel Metropol ha tenido ilustres huéspedes que será algo difícil recopilar en la actualidad, pero de todos y por ser uno de los más famosos, si consta la estancia en sus habitaciones de la famosa escritora Agatha Christie allá por los años veinte del pasado siglo. Ignoramos la sucesiva propiedad del edificio-hotel desde 1925 en que lo era de la viuda de Quiney hasta los años cuarenta cuando lo adquiere el Ayuntamiento que lo reconstruye en vez de restaurar su peculiar arquitectura y que en la década de los años sesenta del pasado siglo tenía arrendada su explotación, con el Santa Catalina, a la cadena hotelera de Emilio Botín, padre, HUSA, y que terminada aquella relación comercial en la década de los años setenta decidió trasladar desde la plaza de Santa Ana las oficinas municipales a este moderno edificio que sólo conserva de aquella pasada y evocadora época el nombre del viejo hotel.