El pasado 15 de octubre los indignados a causa del sistema capitalista neoliberal y de la crisis global, nos manifestamos en más de ochenta ciudades españolas, entre las que estaba Las Palmas de Gran Canaria. Han calculado en 5.000 los manifestantes. Mienten con descaro los periodistas, tipo Alfonso Rojo e Isabel Durán, los banqueros y los políticos vividores y, por ello, también defensores del sistema capitalista, que insisten en el carácter juvenil de este movimiento. Y lo dicen con baboso cinismo.

Quieren decir que siendo movimiento de jóvenes, es obra de una chiquillería que termina en botellón. En nuestra capital observé, como llamativo, el abultado número de personas mayores de cincuenta años. No me atrevo a nombrar a personas de mi edad, bien conocidas socialmente, que patearon la ciudad, porque no cuento con su permiso. Por ser persona pública nombro, con admiración, a don Antonio Morales Méndez, Alcalde de Agüimes, y siento mucho no haber visto al alcalde capitalino, ¿o es que no está de acuerdo con la necesidad urgente de un cambio de sistema, de un cambio global? ¿Asistió el presidente del Cabildo? Yo no lo vi y me extraña que esté de acuerdo con el sistema social, político y económico que ha provocado esta crisis, tan popular. Tampoco vi al grancanario vicepresidente del Gobierno, ¡demencial que un socialista no vaya con el pueblo para cambiar el sistema capitalista neoliberal!

Una prueba contundente de la culpabilidad de banqueros y políticos es que no acuden a estas manifestaciones, porque saben que se organizan contra ellos, sí había empleados de banca, pero no banqueros. Por cierto, tampoco se vio a ningún obispo, aunque sí a bastantes cristianos de base. Los periodistas adictos al sistema capitalista, esos que aparecen en ciertas tertulias nacionales, hasta se ríen entre dientes del movimiento 15-M, realmente son indignos que no toleran a los indignados. Banqueros, políticos y periodistas que no toman nota, siquiera, de la masiva manifestación global, en un millar de ciudades del mundo.

El Sr. Aznar López, cada vez más aupado en las carnavaleras plataformas de su complejo de Napoleón, considera que el 15-M es un movimiento "marginal", que no dice nada a la sociedad. De aquí deduzco que el doctorado que le dieron en Ecuador fue el de horroris causa, que le convierte en el new Dr. Asnar, la Z cayó, dado su odio a Zapatero.

¡Qué vergüenza nacional! Esta elefantiásica insensibilidad con la realidad es el común denominador que mancomuna a los creadores, sostenedores y defensores de este cruel e injusto sistema neoliberal. Sólo los partidos y las instituciones más libres o de izquierda, han hecho algún caso, ¡no mucho!, a la revolución social del 15-M y 15-O. Los demás partidos, de manera muy especial el PP, menosprecian con indiferencia suicida y homicida estos evidentes signos de los tiempos.

Estos partidos, alejados de la base verdaderamente popular, son los que gobiernan al mundo, sostenidos por el dios Mercado. Si el próximo 20-N se exhumara por las urnas la sombra del golpista F.F., el dios Mercado celebraría en Madrid sus mejores bacanales. Sabemos que esta marcha va muy lejos, por ello también es lenta. Lento, que vamos lejos, rezaba una de las pancartas del 15-O.

Es una tremenda carrera de fondo, que sólo culminará con paciencia deportiva, con absoluta no violencia, con argumentos evidentes y con trabajo común.

Los banqueros, los políticos y los periodistas de conciencia recortada, seguirán, en su demente ceguera, despreciando los signos del cambio global que todos necesitamos. ¡Ladran, luego cabalgamos! Un mundo nuevo de igualdad, de justicia social, de bienestar universal y de ecología, es posible; aunque hay algunos que locamente se oponen y a los que habrá que parar los pies..., sus descendientes lo agradecerán?