El Instituto de Astrofísica de Canarias y especialistas de la Universidad de Florida han puesto el catalejo mirando para los planetas extrasolares, que están como de aquí a Tasartico pero en proporciones astronómicas.

Gracias a un chisme llamado Osiris que está atornillado al Gran Telescopio Canarias, se puede conocer la composición de la atmósfera hipermarciana. Lo cual es una cosa maravillosa pero que da de pensar si no nos hemos pasado de frenada invirtiendo en el espacio lejano cuando no entendemos de qué chuchango están hechas las restingolitas de El Hierro.

O tampoco tenemos ni idea de quién es el padre de la prima de riesgo, ni donde está el Señor Mercado, un tipo capaz de cambiar gobiernos, dar golpes de Estado como el de Grecia e Italia, y del que no se sabe ni el teléfono que tiene y mucho menos su número para llamarlo.

Pero no nos engañemos. El Homo hipotecus no es tonto. Si puso su ojo en el más allá extrasolar es porque su subconsciente intuye que el más acá no tiene mucho futuro y al paso que va el diferencial en nada estaremos bobiando por el espacio. De ahí la importancia de saber si por lo menos existe aire respirable ahí afuera.