Tengo aquí, junto al ordenador, una noticia pequeña, de 13 líneas para ser exactos, recogida de una esquina del periódico, como si la hubieran colocado ahí sin otro objeto que el de rellenar un hueco libre. La mayoría de los lectores ni la habrán visto de periférica que es, de suburbial que resulta. Se trata de una noticia de agencia, sin firma por lo tanto, cuyo titular pone los pelos de punta: "Muere atrapado en una compactadora de aluminio". Morir atrapado, no importa dónde, es duro, pero lo de la compactadora de aluminio impresiona. Debe de parecerse a esas máquinas que cogen un automóvil de siete metros, lo aplastan por los cuatro costados, y lo reducen a un cubito de caldo de chatarra.

El hombre tenía 52 años, es todo lo que sabemos de él porque la noticia no da ni su nombre, ni sus iniciales, ni si tenía hijos o hipoteca, nada de nada, sólo que trabajaba en una fábrica de aluminio de Villarejo de Salvanés y que a las 9.30 de la noche, cuando trataba de arrancar una máquina compactadora que se había detenido, quedó atrapado en sus entrañas falleciendo seguramente en el acto. Añade la nota que el cuerpo (o lo que quedara de él) no pudo ser rescatado hasta la madrugada. Punto. Ni si tenía aficiones ni dónde había nacido ni si el accidente se debió a un descuido.

En lo que llevamos de año, han muerto 80 personas en accidentes laborales sin que el ministro de trabajo se haya desplazado a los lugares de los hechos para condecorar a los fallecidos. En eso, los trabajadores civiles envidiamos mucho a los del Ejército, cuyos óbitos se reciben con gran pena y enorme despliegue mediático. Siendo innumerables las cosas que uno no entiende del mundo, algunas ocupan más espacio que otras. La indiferencia hacia los accidentes laborales es de una magnitud atroz. ¿Dónde está escrito que tengan que dar la vida por sus empresas casi cien currantes al año? ¿Dónde pone que el ministro de trabajo, al contrario del Defensa, siga durmiendo la siesta cuando un albañil se cae del andamio? ¿Por qué esa discriminación tan arbitraria? ¿Acaso es más duro morir dentro de un tanque que dentro de una compactadora de aluminio? Todo son preguntas.