Pues ya me dirán ustedes: con la crisis la gente se desahoga menos, hay más disfunción eréctil, crece la angustia y disminuyen los abrazos íntimos. Lo ha dicho la doctora Ana Puigvert, presidenta de la Asociación Española para la Salud Sexual, AESS, en el diario El Mundo: tener una vida sexual sana implica tener sexo una vez por semana, incluso en las personas mayores de 65. Una vez al mes poca cosa es, dice el dicho, y significa que existe una patología. "Cuanto mayor frecuencia, mayor sensación de felicidad y mejor calidad de vida", añade. La actividad sexual implica beneficios a nivel cerebral, fortalece la memoria y contribuye a la menor aparición de cuadros depresivos y de ansiedad en las personas mayores, además de mejorar la autoestima y la sociabilidad, incluso en el trabajo. Ahora sabemos también que la actual crisis está disminuyendo las relaciones sexuales en España, así aparece con mayor frecuencia la disfunción eréctil, un trastorno que ahora sufre uno de cada cinco varones, y eso que los españoles son reacios a pedir ayuda médica cuando surgen estos problemas. Varias asociaciones relacionadas con estudios sobre el sexo han impulsado un informe sobre hábitos sexuales de los hombres españoles, que revela que cuatro de cada diez afirma haber puesto excusas a sus parejas para evitar una relación sexual. La excusa más mencionada es el cansancio físico, el agotamiento, el estrés, el sentirse mal, los mismos motivos para justificar los problemas de impotencia. A los españoles les gusta el fin de semana para el sexo pero la crisis económica está disminuyendo la frecuencia y ello revela trastornos psicológicos. Y respecto a la disfunción eréctil no debe analizarse como algo normal con la mayor edad sino que ha de contemplarse como un problema que se puede corregir por los médicos. Además, se estima que la falta de erección puede ser el anticipo de problemas cardiovasculares, por las características vasculares del pene las patologías cardiovasculares se manifiestan antes en el fallo de este órgano que en el corazón. Nueve de cada diez entrevistados afirmaron no tomar tratamiento alguno para estos problemas, ni siquiera la popular y cara Viagra ni otros medicamentos similares. ¿Una cuestión de vergüenza?