Gracias a la producción de TVE sobre el cardenal Tarancón los españoles jóvenes sabrán más de nuestra democracia, al conocer aspectos poco recordados de sus orígenes. Tarancón es una figura enorme de la transición, por su compromiso, talento, astucia, valor y sencillez, y los españoles estamos en deuda con él. Pero quien más le debe es la propia Iglesia, que a través de Tarancón, apoyado en los amplios movimientos de base (aunque no siempre aceptado por ellos), tuvo un protagonismo decisivo en el cambio a la democracia, saneando la inveterada complicidad con el franquismo. De la Iglesia de Tarancón, más ocupada en los problemas reales del hombre que en los vericuetos del dogma, por desdicha no queda hoy casi nada, y eso explica muchas cosas. El actor José Sancho ha dado, en una interpretación magistral, modélica en su contención, sin un gramo de grasa, la estatura justa de este hombre.