Abuelo Paulino Rivero

Ha hecho referencia a la cultura del esfuerzo, trabajo, constancia y lucha de los abuelos, los cuales nunca se amedrentaron ante la feroz crisis económica y emigraron a otros países. Por tanto, ante la situación actual de paro, propone a la juventud que imite a los mayores. Una generación, insisto, que no incluye a los abuelos de los actuales jóvenes, quienes, de seguir el ejemplo del señor Rivero como modelo de abuelo, podrían optar por presentarse a la futura presidencia del Gobierno. Un chollo, desde luego, y la mejor garantía, además, para no seguir las recomendaciones de Paulino Rivero de tener que abandonar las islas, inaudita propuesta presidencial para su Plan de Empleo.

Lo más insólito de su discurso ha sido, no obstante, su carga contra los jóvenes. Ha recordado tiempos pasados de bonanza y facilidad para el empleo en las islas, momentos en los que, en su opinión, la juventud canaria perdió los valores de sacrificio, de esfuerzo y de reto inculcados por sus abuelos. Asombrosa referencia, si se tiene en cuenta que los actuales jóvenes ni tan siquiera han tenido la oportunidad de perder esos valores. Se sabe que una elevada cifra de ellos no dispone de la posibilidad de acceder a un empleo y que la gran mayoría no ha podido ejercitarse en el ámbito profesional para el que ha estudiado.

Resulta también detestable que apele a la necesidad de una formación y un esfuerzo permanente por parte de los jóvenes, instándoles a reflexionar para que trabajen, coticen y generen así ingresos en la actual situación de crisis. En definitiva, se deduce de sus palabras que los jóvenes son unos gandules y no trabajan porque no quieren.