Los sectores más reaccionarios de este país idearon un apelativo para referirse al 15-M y que ahora renombran con las últimas movilizaciones estudiantiles. Recientemente, un grupo de indignados de la tercera edad de la ciudad de Barcelona se autodenominó yayoflautas, en la intención solidaria de alinearse con ese movimiento de protesta ciudadana al que la derecha denomina "perroflautas".

Pero hay más maderas en el repertorio social de nuestro país, y no aparentemente tan nobles. Veamos algunos ejemplos. El marianogaita de falsas promesas, entregado a la emprendeduría liberal salvaje; la jetacospeflauta, que afirma que su partido es el de los trabajadores -que ya hay que tener morro-; el gilioboe desafinado, que desecha la posibilidad de las energías renovables en una tierra donde el sol y el viento inundan cada día, para optar, sospechosamente, por las contaminantes. Los porraflautas, mileclarinetes que se olvidan hasta de sus familias cuando salen a sacudir a destajo. Después está la memaespegaita, que ve marxistas por todos lados, revolucionarios que osan poner en cuestión el sistema en el que ella vive con privilegios. La aznarinarmónica, de los juegos olímpicos futuristas, que recoloca a los mendigos de las calles porque ensucian la estética de una ciudad que desea sólo para los opulentos. Los judiflautas traveseras, que fagotean en ambientes de añorados fueros españoles. Luego están los realesbandoneones, adictos a paraísos fiscales, eventos de alcurnia y falsos saludos lejanos. De célibes y castos, los santaflautadulce, inmersos en pecados veniales, tan capitales que no pasan desapercibidos para la justicia ordinaria. Los patronotarkas, con vocación de amos, aficionados a condiciones de trabajo esclavistas y rápidas plusvalías. Finalmente, los euroflautines que son más de cuarenta y Alí-Botín, adictos al dinero fácil, dados a los desahucios y al saqueo de los recursos públicos.

Estos son algunos ejemplares de esa intensa ventisca de timbres diferentes, distantes del color limpio y armonioso de un grupo de ejemplares ancianos con dignidad.