La información que aflora tras la propuesta del Gobierno de pagar a los acreedores es un retrato del saqueo a los trabajadores, y del rostro de aficionados sin escrúpulos metidos a gestores con dinero ajeno. Y especialmente en Telde, que es para cerrar el chiringuito y anexionarlo a Agüimes, municipio que no solo no debe, sino que registró el año pasado un superávit de casi dos millones y medio de euros. Si se tiene presente que hoy Agüimes, al lado de Telde, es Suiza, faltan muchas explicaciones. 40 millones de euros a proveedores es una cantidad indecente para un lugar de su tamaño.

Pero lo más alucinante es que su deuda global, financiera y todo lo demás, es de 188,7 millones de euros. ¿Dónde están, si ya no les queda ni para ayuda social? Esto es más dinero que el que genera al año el tráfico ilegal de armas en el mundo, según la UE; lo que le costó a Sony los derechos del material musical de Michael Jackson; o casi el precio del cuadro más caro de la historia, Jugadores de cartas, comprado por el emir de Qatar en una subasta de Sotheby's. 188 millones, en fin, es un escándalo de 31.280 millones de pares de cataplines, en pesetas, y 188 millones de euro-razones para sentar a mucha gente en un banquillo.