En el catecismo católico, el pecado es una falta contra la razón, la verdad y la conciencia recta. Bajo esta acepción podemos entonces considerar que el abuso de niños por pederastas protegidos por la Iglesia es pecado. También, la supuesta caridad con esos pederastas condenados en la jurisdicción ordinaria, olvidándose siempre de las víctimas, doblemente agredidas, como es el caso del obispo de Alcalá cediendo una vivienda a un cura que violó durante décadas a una niña. También es pecaminosa toda acción que promueva el odio hacia los semejantes, a través de ofensivas homilías proferidas desde un púlpito, utilizando los medios públicos de un Estado aconfesional para su difusión.

Las matriculaciones registrales de bienes sin titular definido, al amparo de una normativa franquista, favorecida por el gobierno de Aznar, que concedió al Vaticano privilegios exclusivos, institución que lleva décadas amasando un patrimonio millonario, es pecado. Llamar a la violación y el abuso, como hizo el arzobispo de Granada, incitando a la violencia de género a la mujer que aborte, es pecado. Tachar de enfermos y proscritos a los homosexuales seglares, como proclama el obispo de Alcalá, quien sugiere sanarlos a base de un manual editado para la ocasión, es pecado. Acusar a los menores de provocar a los adultos que visten sotana, como dijo el obispo de La Palma, es pecado. Afirmación como la del obispo de Córdoba, obviando la realidad social, considerando pecaminoso el programa escolar de educación sexual, es pecado. Asegurar, como hizo el portavoz de la Conferencia Episcopal, desmintiendo al Papa en su testimonio sobre el uso del preservativo, asegurando que su utilización siempre sucede en un contexto de inmoralidad, es pecado.

El Vaticano no debe ostentar opulencia y poder económico, a través de su dudosa Banca, y al mismo tiempo pretender dar lecciones morales al resto de la humanidad. No, los que pecan, a destajo, son ellos. Y este año recibirán la misma cantidad de euros que van a quitar a la Sanidad y la Educación, 10.000 millones.