No se puede uno pasar la vida llorando por la leche derramada. ¡Aquí se viene llorado! Pero dicho esto, ¡¡por favor!! Que alguien me explique por qué Alemania paga su deuda al 1,68 y España al 7% teniendo ambos la misma moneda. ¿Cuándo se van a dar cuenta que de tanto estrujar la vaca se van a quedar sin que nadie pueda comprarles a lo alemanes sus productos? ¿Cuánto más habrá que esperar para la creación de los eurobonos?

Hay que tener más fe que santo Tomás y más moral que el Alcoyano para entender este galimatías, y no es porque no se haya explicado, no, sino porque no se correlaciona lo que se dice con lo que está pasando ni lo que se hace con lo que debería pasar. Cada día nos desayunamos con un ajuste nuevo y necesario a la vez que alguien propone devolver al estado la sanidad o educación mientras otro pide la desaparición de las diputaciones. Desde este mismo "callejón" hace meses se dijo que los Landers alemanes estaban solicitando la devolución de las competencias en educación, entre otras.

Lo que le está pasando a la gente es lo mismo que cuando el médico le comunica al enfermo que tiene una enfermedad grave, que le quedan seis meses de vida y la factura son tres mil euros, a lo que el paciente le contesta que en tan poco tiempo no genera los recursos suficientes para pagar, y en vista de lo cual el enfermero le dice que el doctor le da otros seis meses más. El enfermo es España, el sanitario es Rajoy y el galeno la Sra. Merkel.

La cuestión es si la cuenta la debemos pagar todos o los que van al médico.

¿El enfermo tiene vida fuera del euro? Seguramente sí pero con mala calidad y postrado en la cama. El gasto del estado en sanidad es un 6% del PIB, bastante por debajo de la media europea, pero como tenemos el déficit publico, ¿eso es mucho o poco? Algunos dicen que el estado gaste más para activar el consumo. ¿Pero quién nos presta? Los mercados, no, simple y llanamente porque no nos creen. Porque no se creen las cuentas de las autonomías, sobre todo las de ciertas autonomías artificiales . Esto viene de muy atrás, cuando entramos en el euro se explicó tan mal que algunos pensaban que de trataba de un festival de la canción.

En el fondo lo que deseamos es irnos a la cama, que transcurra el tiempo a toda velocidad y cuando nos despertemos por la mañana se haya solucionado todo.

La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.