Mostraremos al mundo nuestra mar con el surf y el viento y nuestras verdes montañas, valles, ríos y cuevas donde habitan nuestras lamias". Es parte del nuevo discurso de Bildu por la Independencia vasca, y mete miedo. Lo que hay que mostrar al mundo es la tolerancia, el sentido moral de la convivencia, el respeto irrestricto al adversario, el dolor verdadero por tanta sangre inocente derramada, la voluntad clara de que nunca vuelva a suceder, cuyo único soporte posible sería un arrepentimiento creíble y sincero. Mientras ese paisaje idílico en superficie conviva con el fondo de la tragedia y la muerte no saneadas, sólo acentuará el tono siniestro de la imagen, pues lo propio del mal no es sólo el crimen, sino su envoltura en papel de regalo, con cinta y lazo. Esa voluntad de autoabsolverse y pasar página a una estampa color del paraíso, mientras ETA aún no se ha disuelto, aterra.