Rajoy dijo desde la tribuna de oradores lo mismo que su diputada Andrea Fabra desde el escaño, "que se jodan". La parlamentaria del PP no comentaba, sino que coreaba a su líder. La única diferencia estriba en la longitud del mensaje. El presidente se solaza en el estilo verboso del siglo XIX, y su discípula emplea los códigos de las redes sociales.

El balance "q s jn" demuestra que los populares se adaptan a los nuevos tiempos, y que disponen de cantera para mantener sus principios y su distanciamiento hacia los sectores sacrificados, que además seguirán votándoles.

También se ha malinterpretado insidiosamente el destinatario del mensaje. Fabra no pedía sexo para los desempleados, como pretende la izquierda calenturienta. Tampoco reprochaba falta de vigor sexual a los diputados del PSOE.

Los destinatarios del exabrupto "que se jodan", pronunciado al alimón por la diputada y por Rajoy, eran el conjunto de españoles.

El PP se bate con denuedo para atajar el bienestar intolerable de las clases medias, que estaban a punto de confundirse con los privilegiados por designio divino, véanse Fabra, Rajoy y demás eximios populares. Aprovechemos asimismo para desmentir que las medidas se publican en inglés para esconderlas a los ciudadanos, cuando se utiliza ese idioma para que no las entienda Rajoy.

Fabra auxilia a Rajoy, que capitanea con valentía el mayor experimento clasista de la historia reciente, equivalente a Moisés separando los márgenes del mar Rojo.

El pueblo elegido ha de volver a la pobreza, para corregir la engorrosa confusión con los potentados y para poner a continuación en marcha los mecanismos de caridad, que tanta paz interior proporcionan.

La misericordia exige un sufrimiento previo, y las clases medias se habían instalado en la sonrisa inmerecida. En la disyuntiva planteada por el gran Willy Brandt, no se ha torcido la igualdad social que nunca existió, sino el equilibrio que permitía camuflarla.

Por fortuna, el Partido Popular cuenta con el apoyo inestimable del PSOE, alineado por convicción con la doctrina de Fabra.