El responsable de comunicación de la Organización Mundial del Turismo en España, Marcelo Risi, pasó por aquí, echó un vistazo en Maspalomas y llegó a la conclusión de que el lugar tiene todos los ingredientes que defienden las siglas que representa, esto es: "Un destino realmente maduro y muy bien llevado, e integrado como parte de la Reserva de la Biosfera de la isla en equilibrio y armonía, que son exigencias medioambientales".

Ignoro si el señor Risi, que además es periodista y economista, lo que ya es, dispone de GPS. Pues se le quedó sin pilas errando de lugar, porque así de golpe, sin rones, suena a risi y un punto de retranca esta tan rotunda afirmación que, además, acompaña con unos versos sueltos que según él también coinciden plenamente en el caso maspalopeño con la filosofía de su empresa: "Turismo y sostenibilidad energética: propulsores del desarrollo sostenible". Rianga la vela grande.

No hay duda de que Maspalomas es un sitio digno donde ir y arrepollinarse, y sus margullos, que los regala la propia naturaleza, son de todos los margullos posibles de los más mejores, pero quieta la vaca ahí.

Hablar de equilibrio y armonía a la vera del Faro debe ser más un producto de un brote puntual de endorfinas que una aseveración medianamente científica y experta. Es, en fin, como el que sale de Fontanales para cenar en un japonés y del enrale termina en Tokio.

Al señor Risi se le hubiera disminuido la privadera si hace unos meses pasa por este reducto semisostenible y ve tractores operando y removiendo el marisco de la mar salada. O si hurga en los sótanos casi submarinos del centro comercial Oasis, cuyo nombre indica lo contrario. O si observa cómo los camiones llevan y traen teniques y arena como si su espacio protegido fuera el estadio olímpico el día de la despedida.

En lo que quizá pudiera tener una cierta razón es en sus encendidas referencias a la biosfera. Efectivamente en La Charca se encuentran organismos biosféricos y microbianos por descubrir, y en los solares y exjardines abandonados que sirven de antesala al Maspalomas 50 aniversario, existen mamíferos enfurruñados sueltos e insectos ectoparásitos y hematófagos que podrían completar nuestro algo cochambroso catálogo de las especies. Otra cosa no, Risi, pero lo que viene siendo biodiversidad, a tongas.