El empresariado turístico local se ha hecho eco eco de las científicas declaraciones del ministro del ramo, en la que éste aportaba información sobre el tipo de insectos que se encuentra más allá de las fronteras españolas: mosquito. Estos mosquitos hacen de la estancia fuera de España un tormento. Hay que aclarar, aunque solo sea a modo de divertimento, que el mosquito no pica. La que pica es la mosquita, la señora del mosquito, quien para iniciar la puesta de huevos necesita sangre, que es la misma relación simbiótica que actualmente existe entre el Gobierno de Canarias y el central. Cada vez que uno de ellos quiere poner un huevo, a chupar sangre.

Los empresarios locales han recibido con el lógico júbilo el reporte de esta plaga que afecta al resto del mundo dado que, como ha dicho uno de ellos, así se les quita "la obsesión" (sic) a los indígenas díscolos por salir de sus fronteras naturales, aunque esto implique que el mamífero más grande que vean en su vida sea Centella, la vaca que ganó en Firgas; la mayor pirámide, el entongamiento de toscas de Güímar; y el río más caudaloso, la ancestral rotura de los bajantes de su localidad.

Esta nueva, sorprendente y algo chafalmeja teoría -porque viajar siempre aporta su cultura-, confina a los isleños, sin ser sometidos a juicio previo a pasar su vida en apenas 7.447 kilómetros cuadrados, de los 149 millones que abarca la superficie terrestre del planeta.

Esto representa nacer, desarrollar, polinizar y estirar la pata en un minúsculo 0,005 por ciento de la zona habitable del globo, de forma que cuando uno traspone, el ser vivo con mayor poder político que haya visto es su alcalde o, si coincide en una hamaca, al mismísimo ministro del Flis Internacional, lo que ya es irse a los infiernos con un panorama general del mundo algo desolador.

Según datos frescos del día, el 90 por ciento de los españoles no sale fuera. Muchos se quedan por gusto y así lo disfrutan, pero habría que ver cuántos, aun deseando visitar otros países, no pueden hacerlo, mientras que la mitad de los ingleses o alemanes exploran el planeta que los parió en sus cuatro puntos cardinales.

Luego ya estamos bastante encarcelados para que encima vengan los políticos y los empresarios a atacarnos a mosquitos con la única obsesión de hacer su propia caja.