En las circunstancias actuales, lo importante es que no se detenga el espectáculo. El otro día, una señora a la que se le había estropeado la tele estaba al borde del suicidio. La tele le daba entretenimiento, no importaba ya si bueno o malo. Ella encendía el aparato y salía Mariló Montero advirtiendo al personal agonizante sobre el peligro de que se le trasplantara, junto al hígado del donante, su alma. A eso es a lo que llamamos espectáculo. Podemos sustituir la carne por chóped y la leche por un vaso de agua con unas gotas de pintura blanca al temple. Podemos dejar de comprar las medicinas contra la tensión (a ver si hay suerte y en una subida nos morimos), pero no podemos prescindir de la tele ni de su servicio asistencial. Cuanto peor sea, además, mayor es su eficacia. En unas circunstancias normales, a las declaraciones de Mariló Montero no se les habría prestado atención alguna.

Formarían parte de cuota de ignorancia habitual de cualquier medio. Pero en momentos de crisis constituyen un bálsamo. En el servicio militar, que era una situación extrema, nos pasábamos el día diciendo y haciendo cosas absurdas, como barrer el campo, al objeto de embotar la conciencia. De ese modo, perdíamos la perspectiva sobre nuestra situación y disminuían los suicidios. Fíjense en esta otra frase del Rey, dicha desde la India: "Saldremos de la crisis con un cuchillo en la boca y una sonrisa". No se lo pierdan: con un cuchillo en la boca y una sonrisa. La imagen tiene tanta fuerza que si estás a punto de ahorcarte, lo dejas para luego. ¿De dónde ha sacado la imagen del cuchillo? Seguramente, de una novela de aventuras de hace 40 o 50 años.

En efecto, en esas novelas siempre había un chino que saltaba de su barco con el cuchillo en la boca para buscar ostras con perlas. Aunque no nos imaginamos a nuestros ancianos padres, ni siquiera a nuestros jóvenes hijos, arrojándose por la borda con el cuchillo, la frase, por absurda, nos distrae del miedo a no llegar a fin de mes. Necesitamos, para sobrevivir a estos momentos de desesperación, frases desatinadas a granel. Wert, Montoro, Fátima Báñez, Mariló Montero y el Rey son, junto al mismo Rajoy, excelentes proveedores de absurdo. Pero necesitamos más para sobrevivir al desastre. Gracias.