Uffff. La hora que es y no he escrito la columna. Me duele hasta el pelo. Y este condenado zumbido en la cabeza. Cierro los ojos y me asalta un bombardeo de chispas que emanan de algún punto exacto entre el más allá y el más acá? Nos habíamos citado para considerar aquella sentencia de Humphrey Bogart: "No hay problema en este mundo que no resuelva un whisky doble". Y la consideramos. Y la reconsideramos. Y, ahora, recién salido del sarcófago, tengo que ponerme a escribir algo sobre algo. Aunque, a lo tonto, a lo tonto, me acabo de resolver el primer párrafo.

Empiezo a acordarme de algunas cosas, ¿dónde las tendría guardadas? La noche de Las Palmas sigue asociada para nosotros al Puerto y por allí nos movimos. Mucho tiempo desde la última vez que salí: había varios neones de bares y discotecas nuevos. Recuerdo perfectamente la parada en Farray, el bullicio de la calle Fernando Guanarteme y a la china que vende gafas con lucecitas intermitentes. Me acuerdo vagamente también de que deambulamos por algunos garitos cercanos y de que por la calle Portugal un energúmeno vomitaba desde el coche decibelios de reggaeton. Odio el reggaeton.

Quizá acabamos a la altura de la Cícer, varados ante el mar oscuro, pero no sé si esto lo recuerdo, si es que lo soñé o si, directamente, me lo invento. De lo que estoy seguro es de que antes cayó otro whisky en la plazoleta Emilio Zola. Ah sí, y me acuerdo también de que al pasar por la calle Tomás Alva Edison alguien señaló una casa terrera y dijo con cierta solemnidad que en ella había vivido el pintor Jorge Oramas.

No he conseguido acabar la columna y mi cabeza sigue girando como un tiovivo. Ya no recuerdo qué más hice anoche, pero, caramba, me acuerdo, que puñetera es la memoria, de que Alva Edison fue una "revelante personalidad", como diría un barbero que yo tuve, que patentó la invención de la bombilla. Y, ahora que me acuerdo, Oramas también era barbero. Qué bonitos son sus cuadros, con esa extraña luz de mediodía que envuelve los riscos y esa sombra que nunca es negra sino azul. ¿Qué opinaría Oramas de la bombilla? En fin. Ya no sé cómo seguir. Esto me pasa por beber sin comer. Hay que hacer caso a Súper Ratón: ya saben, no olviden supervitaminarse y supermineralizarse.