H ace apenas media luna el independentista de toda la vida Antonio Cubillo anunciaba por la tele que tenía preparada una constitución con unos 300 artículos para cuando Canarias navegue libre por el Atlántico océano.

Se trata este de un texto que vertebre el frangollo posterior a la descolonización y que dé prestancia al nuevo Estado, situándolo entre las sociedades más avanzadas del planeta. Esto se llama organización, nada que objetar pues ante un ideario que se dibuja como solución a nuestros males, que atraerá un sinfín de inversores, más escuelas y hospitales, el pleno empleo, el reconocimiento del levantamiento del arado como deporte olímpico y el fin de la hipoteca, seguro que sí. Pero cónchale, un somero repaso a este prospecto de Cubillo permite barruntar que a los indígenas se nos vienen unos trabajitos ingentes que nos van a terminar de llenar la cachimba.

Ejemplo: en su art. 5 el 'legislador' establece que en las universidades será obligatorio el berber "en sus diferentes variedades", es decir que, además de aprender berber de la Berbería, lo que ya tiene su complejidad y que no es un idioma de mucho ascendente en Wall Street, debemos asimilar sus dialectos, con lo que no van a quedar folios para tanto apunte. Si a esto añadimos que hasta que la UE nos acoja otra vez en su seno no vamos a disponer ni de papel basto, tendríamos garantizada la primera gran catástrofe ecológica: la deforestación de nuestros bosques en pos de una nueva lengua. Lo que a su vez dejaría sin sentido el art. 39, apartado que ordena la creación de un cuerpo de Policía Montada a caballo, -inexplicablemente los camellos quedan exentos-, que sería, continúa esta persona, la "responsable del control de bosques". Pero es un poco antes, en el art.13, donde se ofrece un segundo guineo que quizá tampoco sea del agrado de la noble y entregada juventud isleña, dado que tras aprender tamazigh y variantes, hombres y mujeres deben pasar tres semanas de instrucción militar a partir de los 17 años, a lo que se suma otra semana anual hasta los 40 años dándole a la escopeta para no perder la puntería. Habrá otro cuerpo, sí, el de las Fuerzas Armadas Guanches, o FAG, pero estos son aguerridos voluntarios para la aviación (?) y la marina. No matiza en caso de confrontación nuclear entre la OTAN y la FAG dónde irían a parar los voluntarios, avionetas y falúas de la FAG. Pues en una matanza cochina. Da la pista en su art. 60, en el que premiará con la nacionalidad a los extranjeros que derramen "su sangre por la independencia", incluidos aquellos a los que le hayan caído una bomba en la hamaca. Y en fin, que si este tinglado va a ser así, de sangrerío, mili, guanchanchos a caballo y hablando saharaui, mejor se está con los recortes.