Amigo Lucas, cosa seria ha sido lo del huracán Sandy por América en días pasados. De verdad que doy gracias a Dios que pasara lejos de nuestras islas y que por las tierras americanas no hiciera ese bicho el daño que muchos esperaban. Te confieso que Canarias no está hoy para estos bollos de lucha contra estos fenómenos naturales ya que las fuerzas se nos están yendo en hacerle frente a otros huracanes como crisis de trabajo, crisis de valores en la educación, crisis de políticos serios, crisis de fe? Por mi parte le tengo más miedo a los huracanes humanos que a los atmosféricos. Hombre, sé que cuando el viento o el mar dicen aquí estoy y ahora es la mía? no podemos hacer nosotros otra cosa que abrir bien los ojos y echar a correr. Pero, ¿qué hacer cuando una política sigue escondiendo la verdad y se aprovecha del silencio o de la ignorancia de la gente? Oye, tenemos que apostar por políticos con fichas limpias como hacen algunos estados de Sudamérica.

Siguiendo por el televisor y por radio el fenómeno del huracán Sandy he visto que lo han afrontado muchas ciudades de América y que de nuevo aquella gran ciudad de Nueva York se ha puesto en marcha. Este hecho me ha traído el recuerdo de cuando por el año 75 estuve sustituyendo un verano en una parroquia de Nueva York y que aquel mundo me llamó la atención. Creo que era en Nueva Yersey donde estaba haciendo lo mismo el amigo sacerdote Rafael Granados. Recuerdo que con él me puse de acuerdo y juntos fuimos un día a visitar las Torres Gemelas viendo desde allí que todo aquello era imponente. No, no me olvido del apagón que vivimos toda una noche en aquella ciudad grande. Luego me dijeron que la gente entró en los comercios y apañó lo que pudo? y que esto dio trabajo a la policía que tuvo que meter en la cárcel a unas 4.000 personas que se llevaban de las tiendas lo que la noche les permitía?

Oye, repito que no deseo ciclones como el Sandy para nuestra tierra pero pido a Dios que desaparezcan esos otros que estamos pasando que me hacen pensar aún más? Oye, ¿no crees que, sin darnos cuenta, estamos echando leña al fuego y fabricando otros ciclones tirando al mar los valores serios como la institución familiar, la moralidad y el mundo de la verdad sobre todo?