Hace un año, tras el cambio de dirigentes en la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria comenzó a tomar nuevos bríos después de una inexplicable parálisis a lo largo de la legislatura anterior. Desde entonces, han sido varias las acciones desarrolladas con el fin de consolidar esta figura medioambiental, siendo las más sobresalientes unas jornadas de trabajo celebradas en abril y la constitución del Consejo Rector en junio, ambas desarrolladas en Artenara con el adecuado rango institucional. Sin embargo, quedan pendientes de crear los consejos Científico y de Participación ciudadana, hecho que, tras los buenos propósitos iniciales, y después de haber transcurrido cinco meses desde la acción más emblemática, habría que valorar, si no como un olvido, sí como una preocupante ralentización. Teniendo en cuenta la dimensión que tiene la marca Biosfera y las propuestas trazadas desde la propia corporación insular, la asociación La Trasierra, con sede en Tejeda, ha mostrado su preocupación por el ritmo lento con que se camina en el nuevo escenario, por lo que, en los últimos meses, ha trasladado su inquietud a diversos colectivos sociales y a personas relevantes del ámbito histórico-cultural de los siete municipios de la Reserva.

Como concreción de esa iniciativa, hoy se celebra en Artenara una jornada de trabajo con el objetivo de mantener encendida la llama de la participación social e instar a la propia administración, como responsable de su dinamización, que se defina con respecto a los dos Consejos pendientes de crear. Es obvio que los tres consejos orgánicos constituyen el paraguas que articula la gestión y planificación de las acciones a desarrollar, con el fin de evitar el desajuste de los recursos. En esta jornada se plantean cuatro ejes temáticos: participación de la población; agua para riego y desarrollo económico; movilidad de la población y acceso a los servicios públicos, y gestión del patrimonio cultural y natural. La Reserva tiene un calendario que cumplir y a estas alturas no se puede malgastar el tiempo ni los esfuerzos de unos colectivos arraigados y comprometidos con el entorno.