Por las exiguas condiciones capilares de mi cocorota la estancia en la barbería se reduce a unos minutos, pero suficientes para descubrir que la realidad es mucho más bucólica que la que sindicatos y falsos profetas nos hacen creer.

En estos días se han producido hechos relevantes que han quedado solapados por protestas y boberías. Es el caso de Julio José Iglesias, que aparece destacado en el revistero peluquero. Este ser vivo se ha casado con Charisse Verhaert, que es como se tiene que llamar alguien que se case con Julio José, provocando por vez primera la reunión de la familia Iglesias. Un brote verde si se tiene presente que la madre de él lo es a su vez de una saga mil leches, con hermanos provenientes de un tal Falcó, que es marqués de Griñón, y después un Boyer, además del primigenio Iglesias propiamente dicho.

Hay una revista que le dedica 50 páginas, que es la única que ha captado la complejidad de este auténtico bosque genealógico. Julio José habla en meiba desde Miami sobre una megafalúa súper Snoopy informando que Charisse nació para ser su mujer y que Charisse es de momento su mujer más feliz del mundo.

Por otro lado también se ha producido el natalicio de lo que parece ser el primer hijo de Kiko Rivera, antes conocido como Paquirrín, hijo de Isabel Pantoja y Paquirri, que a su vez es medio hermano por parte de padre de Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, toreros e hijos de Carmina y el citado Paquirri. Carmina tuvo un tercero con Julián Contreras que se llama Julianito Contreras, que es el que se ha puesto a escribir un libro en el que sostiene que echa de menos a su madre, que es lo que pasa cuando traspone una madre.

Pues resulta que Kiko ha logrado polinizar con éxito con Jessica Bueno, modelo andaluza, y se les ve en el zaguán del paritorio con lo que pudiera ser otro futuro desempleado español. El titular es que la madre de Kiko, Isabel, "ya es abuela", y no nuera del hijo de su hijo, como pudiera especularse. Isabel, además, está como más delgada por el caso Malaya, divertimento en el que desaparecieron hasta los berberechos de la playa. En resumen, todo buenas noticias que, tal y como apunta el Gobierno, no justifican los movimientos antisociales que sufre el país y su pésima imagen en el exterior.