Javier Escudero Cuervas-Mons es madrileño, licenciado en Geografía e Historia por la Complutense, pero lo suyo es la actividad de maquetista naval, modelista y pintor. Su pintura va desde el historicismo al expresionismo, tanto dibuja con primor barcos de época como trabaja su espléndida serie Ciudades Heridas. Ha trabajado para la Fundación La Caixa, para el pabellón de Navegación de la Expo del 92, para Las Edades del Hombre en Burgos; ha elaborado infinidad de carabelas, naos de Indias, cocas, galeones, balleneros, fragatas, acorazados de la II Guerra Mundial, pesqueros, pero también cúpulas de monasterios, sinagogas históricas en Toledo, y en su trabajo de escenografía ha colaborado en montajes de las óperas Carmen, Don Giovanni de Mozart y e, de Wagner, en diversos teatros de Madrid. Una variedad de registros: acuarelas, faros, velas, barcos, retratos. Un hombre de tierra adentro ha venido a vivir a la isla, necesita el mar tanto como un insular. Ha hecho exposiciones con sus barcos y sus maquetas, pero también tiene una interesante serie titulada Ciudades heridas porque piensa que el arte, la pintura en este caso, debe ser crónica de un tiempo. Comenzó su serie cuando la primera guerra de Irak, las imágenes de la TV eran como las de los videojuegos antiguos, de fondo oscuro y lucecitas verdes en la noche, las cámaras de visión nocturna, bajo aquella verbena había gente muriendo de verdad. "Decidí dar color a aquello y surgió el primer tríptico, el de Bagdad. A partir de ese cuadro decidí continuar la serie, y con ella sigo: Hanoi, Jerusalén, Stalingrado, Madrid, Dresde, Beirut, Santiago de Chile, Manila, Manhattan... Ciudades que han padecido dramas, cuadros de gran expresividad, de color intenso. Los seres humanos son las ciudades en donde viven. Las ciudades tienen alma, ingenio y pasiones. Los hombres las construyen y las destruyen. Somos testigos del florecimiento y desastre de muchas ciudades hermosas, asaltadas, incendiadas, bombardeadas, saqueadas. No hay en mi serie una denuncia, un mensaje o un reproche, sino el pasmo del horror, el que queda en la memoria y anida en la mente. Cada hombre es portador de una ciudad herida". Enamorado del mar, como Turner, su pintura podría recordar a Tàpies o Millares. Próximamente expondrá sus últimas creaciones.