Ignoro si están al tanto de lo que le ocurrió antier a Jérôme Cahuzac, un muchacho hasta hace apenas horas poderoso ministro de Hacienda en Francia. Pues nada, que resulta que fue abrirle una investigación por una supuesta cuenta en Suiza y va y dimite, el bobilín. Es decir, que dimite en el momento en el que le abrieron la investigación, que además, ni era investigación así en bruto, sino algo preliminar.

Observado desde el punto de vista ibérico es evidente que este hombre no quería trabajar. Si se estudiara su biografía este va a ser de los chiquillos que se frotaban el termómetro con la sábana para dar 38 de fiebre y no ir a clase. Yo mismo, si se permite la expresión yo mismo, recurrí a esta sofisticada estratagema, y eso que no tengo cuenta en Suiza y, como dice Bárcenas, si la tuviera no lo iba a decir aquí, con la diferencia de que en vez de sábana tiré de la tela del vaquero, que tiene muchísimo más poder calórico. Cuando la progenitora descubrió que tenía 53,8 grados de fiebre sin que me dieran espasmos ni se sancocharan los nísperos, optó por calentarme el culo con un aparato llamado zapatilla, de prolífico uso en la era inmediatamente anterior a los derechos humanos.

Estamos pues, en el caso que nos ocupa del galo Jérôme Cahuzac ante un verdadero ganso, el tío. Son múltiples las declaraciones de nuestros representantes que muestran que no es motivo este de que por un simple mosqueo, sospecha, indagación o investigación uno tenga que abandonar su puesto de trabajo. Es más. No hay nada mejor que estar imputado, para explicarse y tal. Y es en este sentido en que, sin que sirva de precedente, deberíamos jalear sin complejos a parte de nuestra clase política como ejemplo del tesón y la entrega por nosotros las personas.

Cuando a usted lo nombran ministro o directivo de un club de pulso y púa, debe taladrarse al puesto ´ecuestre lo que ecuestre´. Es más. Se debería revisar la legislación, en lo que supondría una lección de sacrificio en toda Europa, para que se pudiera gobernar desde Alcalá Meco o el Salto del Negro. Mientras ´haiga´ fax, eso es posible.