Pasen y vean cómo la Comisión Nacional de la Competencia ha multado estratosféricamente a un grupo de firmas papeleras que, atención, amañaban el negocio para quedarse con la emisión de los sobres para las elecciones. Sí, los sobres estos chuchurríos de color blanco y de color canelo. En resumen, la CNC ha llegado a la conclusión de que desde que llegó la democracia en minúsculas a este país un grupo de 15 empresas manipuló precios y licitaciones para quedarse con el chollo del sufragio universal, algo por lo que se han endilgado un multómetro de nada menos que 44,5 millones de euros.

Y yo me quedo boba, si se me permite la expresión yo me quedo boba, porque sin quererlo hemos estado participando alegre y distraídamente de la corruptela general básica desde el momento virginal en que metemos el voto en la urna.

O dicho en otras palabras, en esta nación no es que los altos cargos en un surtido porcentaje, según se deduce de los trepidantes acontecimientos diarios, estén algo ralos en cuanto la honradez y honestidad se refiere, sino que ya el propio sobre donde metemos el nombre de nuestro futuro imputado favorito está corrupto en sí mismo, jodido de fábrica, que es algo así como el que tiene tos y se rasca los cataplines.

Es de confesar que la calidad del sobre era un poco sospechosa, pero en la privadera de sentirte importantísimo por un día se trata de un detalle que pasa desapercibido. Elección tras elección te presentaban idéntico modelo, con un papel de una poca más de consistencia que el que se utiliza para rematar el tránsito. Esto era así, ahora lo sabemos, adrede, porque estas empresas se pusieron incluso de acuerdo para "limitar el desarrollo técnico" del chisme, lo que da idea del cómo nos vacilan desde el minuto uno, y nosotros totorotiando en la mar con los cabosos. Es de suponer que el siguiente paso será la investigación de las urnas, luego de las cabinas, para posteriormente ir sacando este hilo hasta jalar por todo el kiosco democrático nacional, tirar de él como el que baja la cisterna y mandar esta gigantesca deposición a una buena depuradora.