Todo es según el color del cristal con que se mira. Mientras el PP estuvo gobernando muchos años con CC en las islas, cada vez que había un debate parlamentario mostraba su amor sin condiciones. Ahora, que uno está en el gobierno y otro en la oposición, son enemigos irreconciliables, según se comprueba cada semana, y especialmente esta con el debate sobre el estado de la región.

Los jueces son buenos o malos según los vea el PSOE o el PP. Para los socialistas, lo que hacen Ruz o Bermúdez en los casos Gürtel o Bárcenas es impecable. Para los populares, en cambio, lo impecable es lo que hace la juez Alaya en el caso de los ERE andaluces. Cuando el juez Garzón entró en política con Felipe González, el PP lo machacó. En cambio, cuando empuró a los socialistas por los GAL, los populares lo hicieron santo. San Baltasar, el rey de la mirra. Todo según el color del cristal.

Si el cardenal Amigo declara que el espíritu santo le dijo antes del cónclave que no se preocupara, sus feligreses afirman que es una persona muy cuerda y razonable. En cambio, si Maduro señala que Chávez influyó en el cielo para elegir al papa Francisco, la misma gente lo tacha de loco. Todo es según el color del cristal. Es cuestión de prejuicios.

Cuando los desahuciados presionan en la calle a los diputados contrarios a la dación de pago, están cometiendo actos violentos. En cambio, cuando la policía saca a porrazos a la gente pobre de su casa porque no puede pagar la hipoteca, cumple escrupulosamente con una ley rancia e injusta aprobada por parlamentarios que viven en una burbuja y en otro mundo. Todo vuelve a depender del color del cristal.

Había un entrenador que, cuando le preguntaban por la presión que tenían sus futbolistas en un partido crucial, soltaba una carcajada. Luego se ponía serio y manifestaba: "Mis jugadores no tienen ninguna presión, los que tienen toda la presión son los pobres que no tienen ni para comer. Mis chicos están muy bien pagados, no tienen presión, llegan perfectamente a final de mes y les sobra".

Son los colores de los cristales, los colores de las camisetas, los colores de los partidos, los colores de la política, los colores de la religión. Esos son los colores que nos sacan cada día los colores. Somos tan sectarios que a veces damos asco.