Señor Rosell, presidente del FC Barcelona: Un club tan importante no merece estar representado por usted y por conexión directa y por los mismos motivos por el anterior presidente señor Laporta. Salió usted el otro día haciendo un mitin infantil con forma de lavado de cerebro respecto al tema del idioma catalán. Sepa usted, por si no se ha dado cuenta, que cuando esos chicos llegan a esas edades ya tienen el cerebro perfectamente lavado, pues desde su nacimiento han ido pesando lo que surge del constante bombardeo político, normalmente lacrimógenos eslóganes que exaltan el Rh tan magnífico de los catalanes. Señor Rosell, yo también en épocas de juventud tuve el cerebro bien lavado y participé en esas manifestaciones deportivas y campeonatos... en los que había que dar la nota con gestos y actitudes. A veces la vida da giros que te conducen por otras latitudes, donde comencé a conocer profundamente el resto de España y también a sus gentes, haciendo negocios, amistades, ampliando mi propio horizonte que se iba agrandando, descubriendo que no somos el ombligo del mundo. Al mismo tiempo observé que al saber que era catalán se mencionaba con respeto nuestro carácter de seriedad y de trabajadores, era de agradecer, sobre todo porque era expresado con toda sencillez. Señor Rosell, da igual que su predecesor crea que han inventado el Tebeo -en catalán-, por supuesto, cuando este sistema viene ya impuesto de generaciones, la máquina del catalanismo viene funcionado desde que un aragonés -Jaime I- tuvo la genial idea de crear ese escudo que hemos aceptado los catalanes, intentan ustedes abanderar esa legión de aficionados del Barça y da igual que sean nacidos en Barcelona que en Ceuta pues para admirar a mi FC Barcelona no es necesario hablar en catalán.

Señor Rosell, respetuosamente, permítame presumir de su catalán, de su español y de hablar cuando sea preciso en catalán... ¡Ah, se me olvidaba! No sé la edad que tiene pero creo que más o menos alrededor de su nacimiento se me otorgó el escudo de oro y brillantes del club, puesto en mi solapa por el entonces presidente, señor Llander. Lo he llevado toda mi vida desde aquel 1965, cuando el atletismo y el rugby me dieron la oportunidad de recibir tal reconocimiento. Ya cumplí 80 años y sigo siendo del Barça a pesar de ciertas actitudes de sus representantes. Señor Rosell, como cultura, apoyo hablar catalán, pero como idioma que solo te sirva para llegar a la frontera no es rentable, hoy en día lo que vale es desarrollarte con el inglés, el alemán y hay que ir preparando el chino. Eso es futuro. Reciba un cordial saludo de un barcelonista que defiende al Club en castellano y en catalán según el terreno que se pise y fíjese las vueltas que da la vida, que desde hace mucho tiempo me volvieron a bautizar espontáneamente como catalanario y lo llevo a mucha honra.