La opacidad patrimonial de los altos cargos públicos en Francia ha servido para que Hollande se enfrente a la peor crisis política desde que asumió el poder en mayo de 2012. La confesión de uno de sus exministros de que ocultó fondos en una cuenta bancaria suiza y defraudó al fisco, unido al escándalo que han producido las revelaciones, han obligado al Gobierno francés a tramitar un texto con el que se intenta garantizar la ejemplaridad de las instituciones. No hay que olvidar que François Hollande se presentó ante los franceses como el hombre destinado a dignificar la función pública.

Dos de las tres medidas que incluye este plan de salvación de la honra política son la publicación y control del patrimonio de todos los ministros y parlamentarios, y la renuncia expresa de los cargos electos condenados por fraude fiscal y corrupción. Cualquiera estará de acuerdo en que no se puede hablar de transparencia democrática y honorabilidad pública sin antes someterse a este tipo de controles. Y, sin embargo, es algo que sigue sin entrar dentro de los planes de nuestros políticos.

Vean como ejemplo de ello lo que está sucediendo con algunas de sus señorías en la Junta General del Principado, donde Foro Asturias, que según Cascos venía a acabar con los vicios políticos más extendidos entre los grandes partidos, se niega en redondo a hacer públicas las percepciones salariales de sus diputados, que pagan los contribuyentes. Las razones que esgrime chocan frontalmente con las que Francia se plantea para restaurar la ejemplaridad.

Cascos mantiene, contra viento y marea, ya que el resto de los partidos no ponen objeción, que el sistema de retribuciones en Asturias es lo suficientemente transparente y que no quiere contribuir al espectáculo de algunos medios. Como si actuar con transparencia o divulgar una información que los ciudadanos tienen derecho a conocer de sus servidores públicos fuese una práctica circense. No hay bolsillos de cristal que valgan para el exministro. El agujero por donde observa la política cada día es más pequeño. El vacío que denota es cada vez mayor.