El presidente canario podría ahorrarles trabajo a sus asesores jurídicos en el tema de la iniciativa aprobada por la Junta de Andalucía en materia de expropiación de viviendas a los bancos para frenar los desahucios. Basta con esperar un poco y actuar luego según la jurisprudencia creada, ya que no puede haber discriminación por razón del lugar de residencia. El ministro de Justicia ya se ha pronunciado, así que no perdamos el tiempo y dejemos que sean otros los que saquen las castañas de ese fuego que tantas heridas ha causado.

Pero adjetivar al presidente de ingenuo no es por el tema andaluz, sino por el tan traído y llevado asunto del "petróleo del ministro Soria". Ese petróleo del ministro canario es sucio, impuro, contaminante, tóxico para los pulmones de nuestros visitantes, esos que en los próximos veinte años nos dejarán 240.000 millones de euros€"

Sin embargo, extraña paradoja y carencia de patriotismo (en su caso de nacionalismo), el petróleo de Maruecos es bueno, ligero, soluble en el agua como la misma sal, y además, el presidente canario cuenta con la palabra de honor del embajador del país vecino en España, el señor Ahmed Uld Suilem, de que el gobierno del reino alauí aplicará las máximas medidas de seguridad y protección del medioambiente en las prospecciones que se van a llevar a cabo en aguas de su soberanía.

El presidente canario debiera tomarse un respiro y entrar en cualquier hemeroteca para que compruebe lo que valen las palabras de nuestros vecinos cuando se trata de defender sus intereses, guerra del Sahara incluida.

Creer al embajador marroquí en detrimento de las palabras del ministro canario me parece poco acertado, por mucha inquina que se le tenga al ministro.

En cualquier caso, siempre pondremos nosotros más y mejores medios en proteger nuestros intereses que aquellos que pudiera poner el país vecino, entre otras cosas por nuestro mayor desarrollo y por proteger nuestros propios intereses: pesca y turismo.

Y en esto del turismo que tanto interés pone Mario Cabrera en relación con el petróleo, me parece que hace mala pedagogía, pese a estar diplomado en dicha disciplina. Me estoy refiriendo a los cálculos matemáticos tan catastrofistas que hace.

En primer lugar, y aun sin el fantasma del petróleo, estamos perdiendo turismo y eso que la dolorosa y preocupante situación en Oriente próximo nos favorece. Las estadísticas hablan de un 5 %, pese al enorme esfuerzo que la Consejería y la gerencia del ramo están haciendo en ferias, promociones y otros contactos de los que recibo puntual información y que desde aquí aplaudo.

En segundo lugar, si el milagro se produjera (no todos los milagros producen los réditos de Lourdes o Fátima) no desaparecerían, así de golpe, según sus cálculos, todos los turistas que hoy nos visitan. Yo he conocido las Grandes Playas de Corralejo sucias de "piche" por la limpieza incontrolada de muchos barcos, y el turismo, entonces de gran poder adquisitivo (hoy ausente) siguió viniendo y ni el patronato de turismo de entonces ni la corporación presidida por Domingo González Arroyo hicieron nada para solucionarlo.

Los medios de comunicación son hoy tan rápidos que si dentro del periodo milagroso sucediera un accidente, las reacciones seguirían la misma dinámica y en función de la gravedad y el alcance del accidente se perdería, tal vez, una cierta masa de turismo que se recuperaría tan pronto se normalizase la delicada situación.

Decir que podemos perder 240.000 millones de euros en los próximos veinte años si las prospecciones se hacen es desconocer la aritmética o especular con ella sin una base seria.

Esta bien, como fiesta, como traje carnavalero gastar en pegatinas, camisetas y otros complementos para que el pueblo se distraiga, se divierta, participe.

Como bien dices, estimado Mario Cabrera, "las cosas han cambiado y la gente ya sabe leer y no se deja llevar por titulares y promesas".

Y dices bien: las promesas políticas ya nadie las cree, sean del color que sean (aún estamos en el norte esperando que se termine la carretera del interior después de tantos años, y esto por poner un solo botón de muestra) y aunque no todos los censados saben realmente leer, ya son muchos los que han aprendido a reflexionar para no dejarse llevar por imaginativos pero imposibles titulares.

El turismo majorero no peligra por el petróleo. El turismo majorero peligra por la incompetencia de muchos políticos y empresarios; por plantas obso-letas incapaces de competir con los nuevos hoteles y nuevos destinos y por la indecorosa imagen que se ofrece desde hace más de diez años, en ciertos enclaves privilegiados, como la entrada a Corralejo por el parque natural. Eso sí que produce contaminación óptica y da la imagen de lo que es por el momento todo el país.