Cuando llegue a Madrid a estudiar en la Universidad Central, a principio de 1947, me relacioné con muchos compañeros de estudio y de los comedores del CEU; se comentaba de todas las "faenas" que circulaban por los alrededores de la calle de San Bernardo, en donde estaba ubicada las Facultades de Derecho y Ciencias Económicas. Es y sigue siendo una parte del centro histórico de la capital. Los estudiantes veteranos, recuerdo, nos comentaban el llamado "timo de las estampitas", y nos advertían de los trucos de lo expertos, que abundaban, "para cazar ingenuos o listillos. Consistía este timo en que te podía parar una persona con ciertas deficiencias (o haciéndose el tonto), llevando un sobre en la mano que mostraban varios billetes (anunciando que lo que tenia eran unas estampitas) y ofreciendo vendértelo si le pagabas unas pesetillas. Los listos o aprovechados consideraban una ganga la operación y picaban, tras cierta negociación, desembolsando unas monedas para llevarse el sobre de las estampitas. Los protagonistas (generalmente iban dos ) desaparecían una vez hecha la operación y el listillo se encontraba con un sobre lleno de recortes de periódicos. Este truco era muy frecuente en Madrid en los años de las restricciones y, según parece, la policía tenía localizados a algunos de estos artistas.

Viene a cuento esta anécdota de mi juventud, ya que a la sociedad canaria silenciosa, la marginada de los centros de poder y decisión, poco informada y documentada por maniobras varias de la prensa y de los políticos de turno, etc, eso que se llama el pueblo soberano, se encuentra viviendo, en pleno siglo XXI, este timo con la música de que la integración de Canarias en la Unión Europea, en 1989, fue la entrada en una especie de paraíso, que nos resolvería todos nuestros problemas y preocupaciones. A cambio de ello Canarias tenia que renunciar al acervo canario, conjunto de beneficios fiscales y administrativos que arrancan con el Fuero de Gran Canaria, dado por los Reyes Católicos, en 1490, y se actualizó en el Decreto de Bravo Murillo en 1852, se mejoró en la Ley de Fernández-Villaverde de 1900 y se perfecciono con la Ley de 1972. Tan adecuado y perfecto era el traje en aquel entonces que en la entrada de España en la Comunidad Económica Europea en 1987 los expertos y técnicos de la Comunidad, a pesar de la resistencia del Gobierno francés, aceptaron nuestra libertad comercial y nuestra exclusión del área aduanera común, como signos distintivos y especiales , y nos dieron el Protocolo nº 2 del Tratado de Adhesión, con carácter de Derecho primario. Se nos concedía un plazo de experimentación para su corrección o adecuación en su momento. Han pasado unos 20 años de esta histórica decisión y el Gobierno canario, los partidos políticos reinantes, las asociaciones empresariales y sindicales, las instituciones culturales y profesionales, siguen aplaudiendo esta situación y tocan en las puertas de las distintas autoridades de la Unión Europea solicitando retoques o lo que llaman mejoras o modernización de este cuadro de disposiciones, cuyas consecuencias y resultados conocemos y sufrimos en nuestra sociedad y en nuestra economía. Hay que aprovechar el proyecto que tiene Bruselas sobre la mesa, el llamado programa financiero para el periodo de 2014-2020, con grandes discrepancias internas entre los países y con el Parlamento que quiere reducir la cifra global que ha presentado la Comisión. Todavía no se ha resuelto este contencioso, pero hay que estar al día para apuntarse los méritos si se superasen las cifras del periodo 2006-2013.

Con esta limosna se sentirán contentos sin plantearse el deterioro social, económico, institucional, etc, que se ha agravado de forma notable desde el comienzo del siglo XXI.

Parece que el pasado no existe y no se quiere recordar; el futuro se deja a lo que la suerte nos ofrezca sin solicitar una revisión del cuadro vigente. Como en el timo de la estampita hemos pagado un alto precio a cambio de obtener una integración realista en base a un mercado único, ahora con más de 500 millones de consumidores, para nuestros sectores económicos activistas -el sector agrícola y el sector industrial-. El sector turismo no se le contempla en los Tratados, al que apenas se le dedican unos artículos declarativos, y, en Canarias, está en manos del sector privado y de las genialidades de los expertos del Gobierno y de la Administración canaria y suspirando con mantener la cifra del año 2000 de 12 millones de turistas (diez millones extranjeros y dos millones peninsulares) a pesar del crecimiento mundial del turismo, en más del 60% desde el año 2000.

La moraleja de este panorama es que a finales de este año es muy probables que se superen los 400.000 parados, con más de la mitad de ellos sin prestaciones; con unas cifras de paro juvenil del orden del 70%, sin preparación para poder optar a puestos de trabajo en países europeos por la nula formación en los idiomas alemán e inglés, situación en que se encuentran muchos parados actuales con formación técnica adecuada; los datos relativos al nivel de pobreza y de familias marginadas de la realidad diaria superan las cifras históricas y colocan a nuestra Región en el pelotón de cabeza de la comunidades y de muchas regiones comunitarias. Los responsables de esta realidad parece que no se han enterado de que Canarias (junto con Madeira y las Azores) son las únicas Regiones Ultraperiféricas (las llamadas pomposamente RUP), que en virtud de las disposiciones del Tratado vigente están condenadas hasta "el Final de la Historia" (salvo que desaparezca la UE) a quedarse en esta situación, ya que las similares francesas y holandesas pueden transformarse en "Territorios y Países de Ultramar", que se detallan en el Anexo II del TFUE, en donde están Groenlandia, Aruba, Santa Elena, Nueva Caledonia, etcétera.

Todos estos territorios están excluidos de la normativa comunitaria y sujetos totalmente al régimen que establezcan los países de los que dependan políticamente. Aquí figuran algunos de los denostados paraísos fiscales, culpables en parte de la crisis financiera mundial como están alardeando actualmente algunos organismos internacionales, seguramente para consolar o compensar la grave responsabilidad del sistema financiero interna-cional en las extrañas operaciones o ingeniería financiera que montaron.

Como punto final por ahora señalare que el timo de la estampita nos eliminó el hecho económico diferencial, nuestro histórico REF y no el que se recoge falsamente en el Estatuto de Canarias, nuestra constitución económica como escribí en 1963, nuestras especificidades historicas, y... ahora estamos igualados a Soria, a Sicilia, a Flandes y a las demás regiones europeas.