Canarias no es España. Al menos para Rajoy, que en vísperas de informar sobre la bajada del paro anunció urbi et orbi, como dios manda, la buena nueva a todo el país afirmando que el 4 de junio daría una gran noticia "muy positiva y esperanzadora para todos los españoles".

La gran noticia muy positiva y esperanzadora para todos los españoles fue que el número de desempleados bajó en casi 100.000 durante mayo. Como los canarios no debemos ser españoles, la mala nueva para nosotros fue que el paro subió ese mismo mes en 538 personas en el Archipiélago.

Una de dos, o el presidente del Gobierno nos quiere poco o simplemente no nos tiene en cuenta. Y eso que debe tener aprecio a esta tierra porque su padre tiene casa en Mogán, donde ha vivido muchos años y él mismo se hospedaba allí cada vez que venía a Gran Canaria.

Debe disculparnos Rajoy por no sentirnos con ganas de elevar la copa para brindar por los 538 nuevos parados en las islas. Los canarios somos así de raros. Lo único que pude celebrar ese 4 de junio fue que mi hija cumplía 25 años, los dos últimos como desempleada, por cierto.