Días pasados tuvimos la oportunidad de ver en el madrileño club Siglo XXI la segunda entrega del ideario político del expresidente José María Aznar, y de repente se me materializaron en el tiempo y el espacio los miembros de otro afamado club de la revolución francesa, los jacobinos; su sede residía en París, eran republicanos y su característica principal, al igual que la del señor expresidente Aznar, era la indivisibilidad de la nación, su sede estaba en un antiguo castillo de los dominicos de la misma forma que la española reside en la fundación FAES. Esta fue y no otra la piedra de toque del discurso del expresidente, que, por cierto, comparte la gran mayoría de los españoles.

La segunda cuestión relevante del discurso programático se circunscribió de forma casi exclusiva al tema de los impuestos.

Ya en su última etapa de gobierno a finales de los años noventa propició una rebaja sustancial de la carga impositiva que ahora propugna como una de las claves para salir de la crisis; esto no es cosa nueva, de hecho el programa del Partido Popular lo recoge de forma explícita en su programa.

¿Es verdaderamente tan relevante el tema de los impuestos? Según cuál, cómo, cuándo y cuánto, si no que le pregunten a Monago. Personalmente pienso que el IVA o el IRPF como lo tenían previsto no deberían haberlo ni tocado, no obstante si no se estabiliza la economía y no se mejora nuestra estima a nivel internacional poco o nada habremos conseguido.

El expresidente José María Aznar esta actuando como mentor del presidente de la nación, Mariano Rajoy, de igual manera que Robespierre podría serlo de Arturo Mas, esperemos que el segundo no vaya a acabar como el primero.

Posiblemente si don José María obtuviese la responsabilidad de gobierno actualmente, las políticas económicas diferirían muy poco o nada de la que se está aplicando en estos momentos, entre otras cosa porque el margen que nos da Europa dentro del plan de estabilización en muy pequeño. Eso sí, los matices marcan la diferencia, por ejemplo, cuando dice que los impuestos deben bajarse en función de las necesidades de los españoles.

El tercer bloque lo centró como el más importante de todo y que podríamos denominar como "la verdad revelada" en sus últimas intervenciones, y que se resume en el estado de abandono con que el Partido Popular lo ha dejado en lo que al caso Gürtel o Bárcenas se refiere, dejándolo tirado a su suerte, donde los sobres y las gaviotas revolotean a su alrededor permitiendo siniestras y obscuras sombras de sospecha sobre su periodo de gobierno. La reforma más importante que aún queda pendiente es la reforma de las administraciones y la ley de sostenibilidad de las mismas, ya que sin eso el objetivo del déficit público parece inalcanzable.

Lo que no es de recibo es te-ner un país como España, por mucho que digan algunos, un estado de las autonomías donde cada vez somos mayores las desiguales.

El ciudadano debe ser considerado el personaje principal de esta tragicomedia que es la política; sin él, nada tiene sentido y mucho menos explicación en una sociedad moderna.