Ken Robinson es un educador y escritor experto en temas relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos. En 1998, el Ministro de Educación británico le puso al frente de un comité consultivo nacional sobre educación. Fruto de ese trabajo se publicó el llamado Informe Robinson, que puso de relieve el escaso papel que se había dado a la creatividad y a su importancia para el futuro de la humanidad. Actualmente vive en Los Ángeles pero ha trabajado para el gobierno de Hong Kong y Singapur y para la Comisión Europea. Robinson ha impartido varias charlas para TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño), una organización sin ánimo de lucro dedicada a las "Ideas dignas de difundir". TED es conocida por sus más de 1.000 charlas sobre ciencia, arte, diseño, política, educación, cultura, medio ambiente, economía, tecnología, desarrollo y entretenimiento. En mayo de 2013, Robinson habló en TED sobre educación. Sus reflexiones son muy oportunas y relevantes para el lamentable estado de la educación en España.

Miles de niños en España abandonan la escuela cada año. El abandono escolar afecta al 30% de los adolescentes en España, el doble que la media europea. En algunos barrios españoles, el abandono escolar es del 50%. Se estima que si redujéramos esa cifra a la mitad, generaría una ganancia en la economía española de 150 millones de euros en 10 años. Esta deserción es solo la punta del iceberg porque no incluye a los incontables niños que están en la escuela pero desconectados de ella, a los que no la disfrutan y a los que no se benefician de ella. No es necesariamente un problema de falta de inversión. Para Robinson, el problema es que la educación y las escuelas van en la dirección equivocada. En Finlandia no hay abandono escolar: si hay alumnos con problemas, les ayudan y apoyan rápidamente.

El sistema educativo español no respeta ninguno de los tres principios que hacen prosperar. El primero es que por naturaleza los niños son diferentes y diversos. Sin embargo, la educación no está basada en la diversidad sino en la uniformidad. Se exige a las escuelas que los niños hagan cosas dentro de un espectro muy limitado cuando la verdadera educación debe dar la misma importancia a las artes, a las humanidades y a la educación física que a la ciencia y a las matemáticas. Dicen que el 10 por ciento de los niños españoles tienen "desórdenes de déficit de atención" y que esa es la causa del 25 por ciento de los casos de fracaso escolar. Menudo disparate. Robinson no dice que no pueda existir ese tipo de "desorden", pero no es una epidemia. Cuando a los niños se les sienta durante horas, nadie debería sorprenderse que se inquieten. Los niños no padecen de ningún trastorno psicológico. Sufren de niñez. Deberíamos saberlo porque todos hemos sido niños. Los niños prosperan mejor con un plan de estudios que tenga en cuenta sus diferentes talentos.

El segundo principio que determina la prosperidad de la humanidad es la curiosidad. La curiosidad es el motor del éxito. Si se enciende la chispa de la curiosidad en un niño, aprende sin mucha ayuda. Para Robinson, uno de los defectos de la cultura actual ha sido desprofesionalizar a los docentes. No hay sistema en ningún país del mundo que sea mejor que sus maestros. Los maestros son el alma del éxito en las escuelas. Enseñar es una profesión creativa. Uno no está en la escuela solo para transmitir información. Los grandes maestros hacen eso, pero lo que también hace un buen maestro es guiar, estimular, provocar, involucrar. Si no hay aprendizaje, no hay educación. Pero se puede estar mucho tiempo involucrado en la tarea de enseñar sin que nadie esté aprendiendo. Parte del problema es que la educación no se ha enfocado en enseñar o aprender sino en evaluar. Y aunque evaluar es importante, no debería ser la cultura educativa dominante. Las evaluaciones deberían usarse como diagnóstico para respaldar el aprendizaje, no para obstruirlo. En lugar de estimular el poder de la curiosidad y la imaginación tenemos una cultura de cumplimiento.

El tercer principio es que la vida humana es inherentemente creativa. Todos creamos y recreamos nuestras vidas a través de imaginar alternativas y posibilidades, y uno de los papeles de la educación es despertar y desarrollar estos poderes de creatividad. En cambio, lo que tenemos es una cultura de estandarización. La educación no es un sistema mecánico. Es un sistema humano y hay condiciones bajo las cuales las personas prosperan y condiciones bajo las cuales no lo hacen. Muchas de las políticas actuales están basadas en conceptos mecánicos de educación. Lo que hacen los sistemas de alto rendimiento educativo en el mundo es lo que no se hace en España. Esos países individualizan la enseñanza y el aprendizaje, reconocen que quienes están aprendiendo son alumnos y que el sistema debe involucrarles a ellos, a su curiosidad, a su individualidad y a su creatividad. Así es como hacen que aprendan. Ha sido siempre así y lo seguirá siendo en el futuro. Buen día y hasta luego.