Cómo se llamaba esa cosa del coche? Ah, ya, la ITV, que significa, creo, Inspección Técnica de Vehículos. Cuando el automóvil alcanza cierta edad, hay que llevarlo a un sitio donde te autorizan a seguir o no con él. Si te autorizan, te entregan un numerito que has de pegar en el parabrisas, en lugar bien visible, y que es un salvoconducto para circular. Esta explicación me basta. Acabo de entenderlo en lo más profundo, creo que me ha alcanzado su metafísica. Y me ha herido. La ITV, qué invento. Imaginemos una ITV de las palabras. Cuando su uso resultara excesivo, las palabras tendrían que ir al taller, o a la Academia, para ser autorizadas a seguir en circulación. Como el coche, necesitarían una puesta a punto previa. En el caso de las palabras, la puesta a punto consistiría en restituirles el significado perdido por el uso. Nos las devolverían con un numerito que tendríamos que poner a pie de página, en lugar bien visible. El invento crearía puestos de trabajo, generaría actividad económica.

Bueno, digo todo esto por no hablar de lo que se habla porque está uno hasta aquí de ser hablado. En cuestiones de conversación, podemos demostrar que ha desaparecido la alta costura y que la cosa ha devenido en un prêt-à- porter de tercera. Sale uno de casa con la opinión puesta y va marcando luego con ella territorio, una gotita aquí, otra allí. De modo que hablar de lo que no se habla, aunque sea de la ITV, tiene su mérito. Implica moverse por la selva de esta actualidad excesiva que nos ha tocado vivir con movimientos felinos, sinuosos, de alta precisión, para que las noticias y sus secuelas interpretativas no ocupen todo tu cerebro. Es preciso llegar a una especie de nirvana, la mente en blanco, que se dice.

Pero cuando ya está en blanco, aparece en medio de esa nada un cartelito de neón: Bárcenas, Gürtel, ERE, hipoteca€ Pero tú rechazas todo, a menos, claro, que aparezca la ITV. Miren ustedes, cuesta dinero, pero es completamente neutra. Se despacha como un asunto meramente técnico. Vigile usted ese ruido, cambie los neumáticos, calibre las luces, etc. No se establece con la institución llamada ITV corriente alguna de afecto o desafecto. Hasta la próxima. Y eso, ahora mismo, es de agradecer. ¿O no?