De ahí más allá el Partido Popular se ha metido en el berenjenal de ´acusar´ al Servicio Canario de Empleo de gastarse perras en arreglar oficinas. Esto es según los populares un delito de lesa humanidad con el que amenazan con acudir a los tribunales, un foro de mucho predicamento entre las filas de esta formación.

De todos los disparates, con el "gilipollas" incluido con el que insultó uno de sus diputados en sede parlamentaria a los que no están por ir a buscar petróleo, es este, el de los gastos en las oficinas, quizá el más tosco y bobaliquiento. Un guineo más orientado a calentar la galería para callar y mirar hacia otro lado mientras sus compañeros en Madrid recorta y recorta el dinero para los canarios desempleados: sus propios paisanos.

Que el SCE invierta en oficinas es lo mínimo que se le espera, dado que son las herramientas de trabajo donde reciben, acogen, atienden y cursan los expedientes, papeles y trajines encaminados a enfilar al indígena hacia una empresa que demande empleo, si la hubiera. No es una constructora que contrate, si es eso lo que pretende confundir el PP alegando que ese dinero tendría que haber revertido en trabajo físico.

La sede del Parlamento de Canarias, desde donde el PP clama por el arreglo de unas oficinas para el mejor estar de un colectivo que las está pasando muy canutas, es un soberbio edificio de 1883 del arquitecto Manuel de Oraá que se quedó corto en 1992 y que necesitó de la compra de otros inmuebles y la construcción de un edificio. Un pastón. Son alfombras persas, cuadros de César Manrique, obras de Félix Bordes, esculturas de Chirino, unos frescos en su bóveda de Verdugo, Bonnin, Crosa y Romero. Pasamanos como joyas, monedas, mapas..., belenes por Navidad, y mucha bobería innecesaria para ahora ponerse económicos y ahorrativos. Un palacio-oficina del que nunca se quejaron porque allí se come caliente. El meollo es que el gasto del SCE ha sido de un millón en tres años, dónde vamos a parar, y nuestros diputados salen por más de tres en solo uno, Tinguaro. Quizá caro para acabar soltando una cosa como esta.